Yo de mayor quiero ser Mayte Vañó. Si, por fin lo tengo claro. Me ha costado bastante decidirme porque durante mucho tiempo quise ser tantas y tantas cosas que a duras penas puedo recordarlas todas, pero tras haber tenido la fortuna de conocer a Mayte, ahora sé que quiero ser como ella. Ya no quiero ser locutor de radio para dar noticias y poner música, porque en el mundo que nos ha tocado vivir, las noticias son cada vez mas lastimosas y yo no quiero ser la voz de cosas tristes ni tampoco quiero rescatar del olvido una canción de un disco perdido y reproducirla para que ningún oído la comparta, porque en nuestro mundo ya no nos queda tiempo para nosotros, ahora nuestro tiempo le pertenece a los bancos, que son los que deciden como nos lo deben administrar. Ya no quiero ser un gran cocinero de la nueva élite gastronómica, porque me encanta la cocina de trinchera, la de galeras, la de abrirme una cervecita mientras corto en juliana unas zanahorias y no me gustaría pasarme el día posando en un estudio fotográfico, en un plató o en un set de televisión filosofando sobre como deconstruyo un guisante a nivel molecular mientras olvido progresivamente como se elaboraban aquellas maravillosas natillas que con tanto cariño me hacía mi madre y que me recordaban que la felicidad siempre está en las pequeñas cosas. No, ya no quiero ser cómico, ni actor, ni quiero ser político (que viene a ser la suma de todo), sin carnet, librepensador, con la vista puesta en el pueblo y en los ciudadanos, porque son las propias personas para las que goberné las que me han enseñado que son las primeras que renuncian a cambiar las cosas, que no quieren darle una oportunidad a la irreverencia, a la caída de dogmas y de la mediatización desmedida, al tuit de 1 millón de retuits, a la voz del corazón, a la voz de la conciencia, a la que forja el mástil de valores de una vida sin temor a que sople el viento del miedo y el tedio, la voz que logra convertir lo que podría ser anodina supervivencia en una cruzada, en una odisea protagonizada por un anti-héroe llamado Calamidad. No.

No, ya no más. Yo de mayor quiero ser Mayte Vañó, porque quiero ser amable, quiero ser dulce, quiero ser un excelente profesional en todo lo que haga. Quiero ser capaz empezar el día con toda la máxima energía que sea posible. Quiero ser un buen anfitrión y saber atender protocolariamente a todos aquellos que me rodean. Quiero irradiar y tener una maravillosa sonrisa como tarjeta de visita para que sea el motor del mundo, pues si bien lo bueno de ser alicantino es que nacemos con una sonrisa de serie, en el caso de la de Mayte, claramente supera la media provincial para deleite de los que hemos tenido la suerte de conocerla, la suerte de que se nos haya cruzado en nuestro camino pues es de aquellas sonrisas que además infunden esperanza y generan confianza. Quiero ser una maravillosa mamá de 2 niños, quiero hablar un montón de idiomas, quiero tener tiempo para escribir magníficos artículos que sean utilizados como cuadernos de bitácora u hojas de ruta en la aventura de las redes sociales, quiero ser geek, quiero ser social media friendly, quiero mejorar la experiencia turística a todos los visitantes de mi pueblo de adopción, quiero dar consejos , quiero fascinar, quiero preparar presentaciones rigurosas, completas y al mismo tiempo hacerlas amenas, quiero exultar positivismo, quiero enseñar a un alumno que nunca debe bajar los brazos, que nunca debe rendirse ante lo nuevo y lo desconocido, quiero mimar a todas las personas con las que trato porque comparto la creencia de que al final, una parte de lo que somos capaces de dar nos es devuelto.

Mayte Vañó Sempere y su característica sonrisa
Quiero ser un observador silencioso y sabio de todo lo que pasa a mi alrededor, quiero tener la prudencia de saber qué tengo que decir, cuando lo tengo que decir y cómo lo tengo que decir. Quiero ser imagen de seriedad, de elegancia, de saber estar, formar parte de la iconografía propia de un momento que se prepara con anticipación para que siempre resulte perfecto. Quiero ser trabajador, constante, quiero saber rectificar cuando es necesario. Quiero ser absolutamente coherente, firme, tener valores irrenunciables, quiero poseer inteligencia superlativa, quiero poner el alma en lo que hago. Quiero tener la pasión de Mayte, quiero ser representante de un colectivo de profesionales que se desvive por su trabajo y demostrarle al mundo que se tiene mucho que ofrecer, que aportar y hacerlo desde la humildad y con capacidad de mejora . Quiero hablar minúsculamente pero que mi mensaje cale mayúsculamente porque no deje lugar a lo intrascendente, quiero utilizar el verbo sabiamente para hacer sentir, reflexionar, generar opinión en primera persona del singular. Quiero ser ingenioso, evolutivo, brillante, tener una percepción excepcional del mundo que me rodea, quiero tener una magnífica capacidad de poder expresar las cosas y quiero tener empatía para ser un gran comunicador, para mejorar mi capacidad de dar traslado a la palabra, a la letra, a todo aquel que quiera escucharla o leerla. Quiero saber cuando no tengo nada que decir y llegar a forjarme a mi mismo día a día gracias a la dedicación, la entrega y la constancia. Y todo esto es porque, en definitiva, sé que yo de mayor, quiero ser Mayte Vañó 😉
Dedicado con todo mi cariño y admiración para Mayte Vañó, que para los que no la conozcáis es una de las profesoras del Experto Universitario en Dirección y Gestión de Redes Sociales en la Empresa de la Universidad de Alicante, al margen de Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, Diplomada en Turismo y Experta Universitaria en Protocolo y Ceremonial. Especialista en Marketing en Redes Sociales. Puedes seguir a Mayte en Linked in, en Twitter y en su magnífico blog personal El blog de Mayte Vañó Sempere.
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