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#FaeloPodaFest en Bodegas Faelo de Elx

El pasado día 6 de febrero y con el cartel colgado de ‘completo’ vivimos en el Campo d’Elx una de esas experiencias que se salen un poco de lo cotidiano y que, al final, acaban resultando fantásticas. Coincidiendo con los trabajos de poda en las viñas y para celebrar que con esa primera labor comienza una cosecha nueva, las Bodegas Faelo de la mano de su responsable, Jaime Soto, organizaron una cita enoturística totalmente distinta con almuerzo-comida food truck  incluida vía la gastronomía móvil del magnífico restaurante ilicitano El Misteri d’Anna.

Momentos Bodega Faelo

Con puntualidad, amplia asistencia y al popular precio de 25€ a las 12:00h la actividad dio el pistoletazo de salida donde se visitaron de forma guiada las instalaciones, los viñedos y donde se pudo aprender muchísimo sobre el negocio familiar y los buenos valores que le han ido dando forma. Bodegas Faelo es una empresa familiar con una tradición viticultora de más de 100 años. Esta es la cuarta generación de viticultores artesanales de Matola, pedanía de Elche al sur de la D.O.P. Alicante-España (zona de gran tradición elaboradora de vinos). Son los Vinos del Camp d’Elx. Como viticultores, se rigen por el respeto al entorno, sus tradiciones y una viticultura biodinámica y seleccionada. Cuidan de sus viñedos (tierra y cepas) de forma natural y obtienen un producto en armonía con la naturaleza como pudimos comprobar. La Bodega se encuentra en una casa típica del Campo de Elche, o “faeneta” dónde se sigue pisando la uva en el “afollaor”, como empezó haciéndolo el abuelo Rafael “Faelo” en 1930. La verdad, se respira tradición por cada uno de sus rincones.

Detalles Faelo

En cuanto a los vinos y uvas, actualmente sus viñedos están plantados  con variedades autóctonas como la Monastrell, Moscatel de Alejandría y también foráneas; Cabernet sauvignon, Petit verdot, Syrah, Chardonnay. Cada añada de sus vinos tiene una cantidad de botellas numeradas y limitadas y en desde el año 2012 sus viñedos ingresaron en la denominación de origen protegida vinos de alicante (D.O. Alicante) para así poder estar amparados bajo esta certificación de calidad.

Detalles y Vinos Faelo

Tuvimos la fortuna de probar 4 de sus principales propuestas: El sorprendente blanco chardonnay L’Alba del Mar de brillante color amarillo pálido y aromas primarios de fruta sobre un fondo bien definido de notas especiadas a vainilla. Si se puede tomar a una temperatura entre 6º y 8º C se convierte en toda una experiencia. También el rosado de la casa, L’Alba de Faelo, 100% syrah de color rosa pálido con reflejos rubí, brillante, cristalino y lleno de fruta roja como fresa, frambuesa y grosella. Muy refrescante. El tinto de Monastrell y Cabernet se llama La Dama, con un color rojo picota oscuro donde destacan notas de fruta madura como ciruela, cereza, con fondo de especies dulces, vainilla y canela. Realmente sabroso. Para finalizar, nos endulzamos con Palma Blanca, hecho con moscatel de Alejandría, tiene un color amarillo casi transparente y su dulzor es perfecto para los aromas de miel y cítricos que le acompañan. Un vino que nos invita a disfrutar bebiendo y a compartirlo.

LaRoja en Faelo

Una vez sentados en una mesa llena de detalles como llaveros con los corchos y ramas personalizadas de sarmiento, que pueden hacer una idea del nivel de atención y preocupación que muestran en la bodega por sus visitantes, entramos puramente en el capítulo gastronómico que consistió en un almuerzo #foodtruck preparado por el equipo de El Misteri d’Anna a través su propuesta gastronómica sobre ruedas #LaRojaGourmet by G&A, una preciosa caravana roja donde se gestó un delicioso menú especial gourmet para la ocasión y que consitió en unas Patatas baby cocinadas a baja temperatura con salsa brava y chorizo criollo realmente sensacionales. La salsa acertadísima y con un punto mínimo de picante, que era perceptible pero que no molestaba. Excelente forma de comenzar a abrir apetito. A continuación llegó una Tortita de trigo rellena de pollo al curry y leche de coco presentado en forma de ‘wrap’. Una combinación acertada y sobre todo, con un curry muy suave que con la leche de coco y el pollo desmenuzado se hizo muy agradable de comer. El plato fuerte llegó con una excelente Hamburguesa angus con pan bun (al vapor), cebolla caramelizada, cebolla morada y rúcula. De un tamaño y grosor considerable, sin duda fue lo mejor de la comida. Carne jugosa, con un punto perfecto, quizás para mi gusto algo falta de sabor, o bien por la sal (algo corregible) o bien por el aliño elegido para acompañarla, una salsa de sésamo que no era suficiente para darle ese empujón extra que quizá esta carne necesitaba. En cualquier caso se queda en pura anécdota ya que el conjunto en boca junto con las cebollas y la rúcula estaba francamente bueno, a lo que se suma la esponjosidad del pan. Buenísima. Como postre fuimos obsequiados con cremoso de queso con frutos rojos y crumble de almendra. Una deliciosa mousse de queso cremoso acompañado con coulis de frutos rojos que cumplió con su rol perfectamente y que acompañó al dulce Palma Blanca de manera magnífica.

En fin, con un ambiente muy agradable, muchas risas de esas que provoca el vino cuando ejerce de nexo entre personas que no se conocen y un solecico que vino adelantado muchos meses antes de lo que le tocaría, pusimos punto final a una excelente jornada familiar, cercana y entrañable. Enhorabuena a Jaime y todo el equipo Faelo y hasta la edición del año que viene 😉

Bodegas Faelo

Camino de los Coves, Ptda. Matola, Pol. 3, nº 18, 03296 Elche (Alicante)

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Gema Penalva RestOBar en Alicante (Nueva visita)

Se trataba de una celebración especial y como tal, merecía un sitio especial y con de garantía de éxito, así que desde el principio lo tuve claro y nos pusimos en manos de Gema Penalva y su maravilloso equipo en el Rest-o-Bar de la mutilada Plaza Balmis. ¿Qué íbamos a cenar? Ni idea. Hablé con Gema en días previos y le dije que le diera barra libre a su creatividad, porque si hay algo de lo que puedes estar tranquilo es que poniéndote en sus manos, haga lo que haga, vas a comer de forma sensacional, así que nos dispusimos simple y llanamente para disfrutar de la noche.

Javi, como siempre, atentísimo en sala, nos trajo unas aceitunas muy bien aliñadas y unos cócteles con base de vermouth para hacer la espera más agradable y nos sugirió la posibilidad de elegir algún vino concreto o dejarnos llevar por un maridaje en cada plato que más o menos ya tenía barruntado y que sonaba la mar de tentador, así que fue dicho y hecho, porque en su excelente criterio para la elección de vinos, también es muy fácil confiar. Esto prometía.

El espectáculo gastronómico se inició con foie caramelizado sobre pan de brioche casero de mantequilla y pasas: Absolutamente delicioso. La combinación de sabores única, la mantequilla, el dulzor de las pasas con el caramelizado del foie, la untuosidad del mismo con su sabor característico junto al brioche como complemento esponjoso y a la par tostadito fue sensacional. Mucho más si le sumamos que como maridaje Javi nos propuso un vino de hielo nacional, concretamente D.O Calatayud, Baltasar Gracián, vino con un intenso aroma a frutas exóticas, de dulzura ajustada y delicada acidez. Suave y muy agradable de beber.

Foie, croquetas de huevo, croquetas de bacon y coca de escalivada

Continuamos con dos kits de supervivencia ‘croquetera’. Por un lado, las genuinas e identificables ‘niñas de mis ojos’ que son unas croquetas de huevo como te las haría tu madre sobre mahonesa casera, con un sabor increíble que te transporta a la niñez y seguro que a los momentos más agradables que hayas pasado en la cocina con tus padres. Cremosidad, sabor identificable, fritura perfecta, nada aceitosa, tamaño acertado, apetecibles siempre. Brutales. También llegaron a la mesa unas croquetas de bacon sobre puré de níspero (el níspero acompañó muchos de los platos y fue otro detallazo y guiño de la cocina ya que el níspero fue la excusa con la que yo pude conocer a Gema allá por el 2009/10). Estas croquetas iban rebozadas en panko, el pan rallado japonés, y también estaban buenísimas, con el característico sabor ahumando de la panceta y el dulzor complementario que le aportaba el níspero. Sensacionales. Las croquetas (ambas) fueron maridadas en esta ocasión con Enate Rosado Cabernet Saugvinon del Somontano. Otro acierto, y además, muy original, ya que me comentaron que la Cabernet no es una uva que se utilice para los rosados. Muy afrutado y equilibrado, nos gustó tanto que con el maridamos algunos platos adicionales, como el siguiente, una coca (con masa estilo a la de mollitas) con escalibada y anchoa. Excelente. Lo que más nos gustó de este plato, al margen de la textura de la coca, con la suficiente consistencia para mantener la firmeza pero la suficiente ligereza para deshacerse en la boca, fue el pronunciado sabor a comino que las verduras tenían pues nos encanta. La carnosidad de la anchoa fue punto y aparte. Ni una espina y una salinidad perfecta para mi gusto, nada excesiva y muy agradable.

Junto con la clásica media hogaza casera tostada y su alioli + tomate rallado llegó a la mesa un nuevo plato que seguimos maridando con el Enate: Ensalada de rulo de cabra caramelizado con níspero de Callosa d’en Sarrià y dátiles ilicitanos. Con un fantástico aliño, nos aportó una refrescante pausa jugosa, dulce y semiácida.

Hogaza, Ensalada, Abisinio, Bacalao y Secreto

La siguiente propuesta que llego a mesa fue un original ‘abisinio’ (huevo cocido y rebozado de la montaña alicantina) pero que se había innovado dejándolo en textura poché, infiltrándolo de níspero y trufa (aún me pregunto cómo) y acompañándolo de un puré de patata y trufa con un salteado de distintas setas: Espléndido. Un plato para repetir una y mil veces y no cansarse nunca. Juego de texturas, de temperaturas, de sabores… una pasada. Este prodigioso plato lo maridamos con una interesante propuesta tinta y gallega llamada Lagariza D.O Ribeira Sacra 100% de uva mencia (otra originalidad que no solemos pedir). Intenso, carnoso, algo afrutado pero también astringente en su parte final. Un vino interesante que agradecimos poder conocer.

Llegaron los principales. Lo primero fue un inmenso bacalao sobre puré de níspero y  gajos de patatas de rio absolutamente alucinante. Este plato ya lo hacía Gema en su etapa como cocinara del Llum de Mar en el Villa Venecia de Benidorm y lo presentó también en una de las Mostras de Cuina del Nyespro de Callosa a petición popular. Poco que decir: Una enorme porción, el punto del pescado perfecto, lascas que se desmembraban de forma delicada y un contraste de sabores digno de los paladares más exigentes. No lo pregunté, pero no me sorprendería que por la calidad que tenía, el bacalao fuera de la variedad “Skrei” de origen noruego que destaca por la firmeza y el aspecto de su carne más blanca y con un brillo característico. Realmente sublime. El vino que tomamos con este plato fue de nuevo el Lagariza.

Con el cartel de “ya no puedo comer más” colgado, llegó el plato final en forma de secreto ibérico sobre morcilla y coca de pastor. Es una pena porque estábamos llenos, luchando casi por respirar y dejando un mínimo hueco para poder tomar postre, por lo que no degustamos este plato en la dimensión que merecería. La carne estaba en su punto, bien crocante y tostadita, jugosa y muy sabrosa. La morcilla ídem. Lo mejor de este plato yo diría que fue descubrir gracias a Javi un nuevo vino sensacional, monovarietal de garnacha tintorera, espectacular, tremendo, además, con D.O. Almansa y para rizarlo, de viñas muy viejas: Cavalls. Sedoso y mineral me sorprendió mucho que en su final dejaba finas notas a ahumado. Como digo, una gran referencia y que cuyo precio de coste me comentaron que se mueve en un precio inferior a los 7€.

Baltasar Gracián, Lagariza, Enate Rosado y Cristal·li

¿Postres? ¡Madre mía! Espuma de natillas con una base de plátano caramelizado, delicioso, un cremoso de mascarpone y chocolate, absolutamente espectacular y adictivo y migas de brownie con helado de chocolate, tremendo. A todo ello se sumó un refrescante sorbete de manzana verde y el conjunto de postres fue regado con un dulce alicantino cristal·li que de poca descripción precisa ya que es archiconocido por su calidad. Mención aparte merece el detallazo que tuvieron conmigo en forma de improvisada tarta con mensaje de chocolate y coco que vino con banda sonora incluida…. ¡Mola, muchísimas gracias chic@s!.

Natillas, Mascarpone, Brownie, Sorbete y Tarta especial

El precio de este festín fue en total de 105€  (35€/pax), que tal y como diría Don Pep Blanes, inventor del concepto, me deja como sensación una RCP (Relación Calidad Precio) de las mejores que he encontrado.  En fin, una velada fantástica con una agradable sobremesa que nos llevó de las 21:15h hasta las 02:00h casi sin darnos ni cuenta, y es que cuando uno está a gusto y se siente como en casa, el tiempo se le escurre entre los dedos 😉

Javi, Gema y Oskar

La cave à fromage de Alicante

Visita a LA CAVE À FROMAGE, un sitio del que siempre se habla muy bien en el grupo COMER y BEBER en ALICANTE y al que he tenido el privilegio de ser invitado por un gran amigo, la excusa perfecta para efectuar mi 1ª visita. Entro en el establecimiento: pequeño, coqueto y un espacio bien optimizado. Como mi compañero de armas gastronómicas se retrasaba un poquito, una de las almas y gestor del negocio, Jean Christophe, se ofrece a poner una copita de vino para mitigar la espera y me decido por un garnacha mirage crianza de la zona de Montpellier que ciertamente estaba muy rico y al que gentilmente me acompaña con un ‘clavel’ de queso Tete de Moine. 

Collage la cave à fromage 1
Destacar que todos los productos que tienen en La Cave son franceses y seleccionados personalmente por Jean Christophe, que negocia directamente con los proveedores en origen, algo que deja entrever su preocupación por la búsqueda de la excelencia y de la mejor materia prima. Cuando llega mi compañero de mesa (el local está totalmente lleno por cierto) hace los honores y pide ya que es un habitual del sitio y tiene bastante experiencia: 2 patés, de Campagnarde y Rochefort con confitura de amapola (todo buenísimo), una botella de shyraz Châteu des Tourelles 2003 (un vino excepcional), y una tablita de queso que podía ser suave, media o fuerte, y nos decantamos por la fuerte, también un auténtica delicia. Perdonad que no recuerde el nombre de los 5 quesos, pero los había de leche de cabra, lavados en agua de mar, macerados en ginebra… vamos, buenísimos, al igual que las confituras de acompañamiento: de Lavanda y de Frutos del bosque, nada empalagosas y con una textura gelatinosa muy acertada. 

Como estamos muy a gusto y la tertulia se nos hace muy agradable, seguimos pidiendo y mi compañero esta vez se inclina por un Domaine Les Bois de Peyre del 2003 (otra pasada de vino) y acompañamos con un crêpe de pavo, queso y especias, presentado en tarrina (creo que ellos la llaman ‘ollita’, extraordinario), un poquito de foie de oca a la pimienta de sechuan recién molida (muy bueno, nada convencional y el único fallo a mi entender que lo sirvieron acompañado de los clásicos biscottes industriales tipo bimbo, algo que desmerece este foie), y dos quesos de los mas fuertes de la casa: Un Rochefort (buenísimo) y un Cantal con 1,5 años de maceración en cueva que resultó una bomba en el paladar y dejaba un picor muy agradable. El foie nos lo acompañan con mas confitura de frutas del bosque y 2 copitas de un vino alsaciano de uva gewurztraminer, ideal para este tipo de preparado. 

Collage la cave à fromage 2
Resaltar en todo momento la amabilidad de Jean Christophe, atenciones, asesoramiento sobre el producto y detalles. No lo he dicho pero todo iba acompañado con abundante pan recién tostado. Para finalizar, tomamos de postre 2 lychis cada uno con la peculiaridad de que vienen de una de las colonias de Francia en los trópicos (Isla Reunión) y para rizarlo, JB nos sirve 2 copitas de ron blanco que el macera personalmente con canela, vainilla de tahití y mas ingredientes secretos que no desveló, la verdad, estaba delicioso. Claro, y como nos podíamos ir de allí (después de entrar a las 14:30h y ser las 18:30h, aunque no nos hubiéramos ido nunca) sin hacer un brindis y probar una copa de un buen champagne? El elegido fue un Bernard Lonclas que sin duda, puso la guinda y el punto final a un encuentro memorable y como veis, muy bien ‘maridado’. No puedo hablaros de precio pues como he dicho al principio, fui generosamente invitado, pero por mi parte, es un sitio al que volveré y llevaré a mas gente porque creo que merece la pena y es muy original dentro de la oferta gastronómica de la capital alicantina.