Archivos Mensuales: febrero 2015

XV Mostra de la Cuina del Pinós

Como ya sabréis si leéis habitualmente el blog, me he declarado varias veces enamorado de El Pinós (ver entradas anteriores aquí y aquí 😉 ). No solo es el encanto de ser un pueblo precioso (eslogan, que por cierto, utilizan turísticamente) sino que además, considero que han conseguido aunar de forma excelente su oferta patrimonial con la alternativa pero no menos importante, en este caso, hablo de la gastronómica. Que lleven, con la de este año, quince ediciones de la Mostra de Cuina no es casualidad y da una pista de lo en serio que se toman este tema y del buen hacer que cada año van demostrando. Los fracasos tienen pocos padres pero los éxitos suelen tener muchos, y en este caso, me gustaría destacar la figura de Jesus Martínez como responsable de la promoción social online de las jornadas de cocina y de la cuenta @CuinaPinos de Twitter y ya de paso, agradecerle públicamente la invitación para que conmigo y mi acompañante tuvo el pasado sábado y que nos permitió degustar un avance de lo que serán las jornadas de este año que dan comienzo mañana mismo.

El día comenzó soleado y prometedor. Mi acompañante y yo salimos prontito ya que en nuestras visitas, siempre nos gusta hacer una parada previa para almorzar en un bar de carretera al que ya consideramos casi como familia, El abuelo Víctor, ubicado entre la carretera de Monóvar y El Pinós.  Allí, sentados en unos de los salones y al ladito de la gran chimenea, pudimos disfrutar de dos hermosas rebanadas de pan de unas hogazas que da gloria verlas, de horno de leña, tostadas, con jamón y con tortilla y magro con tomate. Esto, mas dos platos de aceitunas (partidas y rellenas), dos colas zero y café + infusión nos llenó el tanque de combustible por la extraordinaria cuantía de 5€/pax.

Hoganzas, Centro Vino, Mural y Cantera Marmol

La ruta continuó hacia El Culebrón donde hicimos una parada en las Bodegas Brotons, para realizar nuestras tradicionales compras espirituosas, pero esta visita, la voy a relatar en un próximo post porque creo que merece una lectura independiente ;). De allí, continuamos al Centro de Interpretación del Vino y el Marmol de El Pinós donde se presentaban la XV Mostra de Cuina del Pinós por parte de su alcalde, de la concejal de turismo, de Javier Alfonso, el magnífico cocinero del Restaurante Alfonso donde posteriormente comimos y de Paco Alonso, conocido periodista de la desconexión de TVE en la Comunitat Valenciana y fundador del movimiento WikiPaella que pretende reconocer los arroces mas auténticos del territorio regional. La presentación fue muy amena y en la misma se hizo un repaso de los principales ingredientes y características que presiden la gastronomía de El Pinós, así como por parte de Paco Alonso, se expusieron una serie de vídeos con anécdotas, concursos y «arrocidades» (como él las llama) que a veces hacen por ahí y a las que bautizan como paellas.

Al terminar la presentación, pude departir unos minutos con los ponentes y también visitar las instalaciones de este centro. Creo que es obligado que destaque el buen gusto y el acierto a la hora de presentar dos de las columnas vertebrales del municipio: El Vino y el Mármol y también es justo que destaque la profesionalidad y pasión de la persona de la oficina de turismo (integrada también allí), Javier, nos atendió de forma exquisita y nos aportó muchísima información que desconocíamos sobre la localidad, la DO del Vino (Son los mayores productores de uva de la DO con 9 millones de kilos) o curiosidades sobre los pozos de sal y los dos saleodúctos de 50Km que la llevan hasta las salinas de Torrevieja ¿Que os parece?. 

Tras la presentación y visita, aparcamos en la plaza del Ayto., donde disfrutamos del magnífico mural gigante que la preside y que le da un punto vanguardista sensacional pero con todo el encanto de un pueblecito, y nos dirigimos al Restaurante Alfonso, donde ya teníamos nuestra mesita para dos fenomenalmente bien preparada. Tras unos minutos muy agradables de charla con Javier Alfonso, al que ya habíamos saludado en la presentación de las jornadas, iniciamos nuestra propia aventura gastronómica disfrutando en primicia del formato de lo que será un menú típico en las jornadas.

pipirrana, embutido, pan y paté de longaniza

La mesa se abrió con dos cervecitas Alhambra Reserva, unas aceitunas caseras, unas almedritas con sal y tueste perfecto y pipirrana pinosera, que como ya he contado alguna vez, es un «majao» de ñoras, ajo, aceite y que en este caso al contrario que la pericana o les «pipes i carases» de Elx, no lleva ningún pescado en salazón. Tiene un sabor exquisito y juega entre lo salado, lo dulce y lo picante, este último aspecto mínimo (para mi desgracia). El pan llega en una bolsa y calentito, me gustó especialmente este formato de packaging ya que de alguna forma le da protagonismo y además, es muy cómodo de mover o poner en el lado de la mesa que mejor te venga o menos te moleste. Estaba riquísimo y con la pipirrana mas. También llegaron a mesa una clásicas láminas de embutido variado pinosero (otro producto bandera de la localidad) así como una primicia que Javi compartió con nosotros: Unos biscottes con paté de longaniza: Sensacional. Una textura untuosa que, efectivamente, recordaba al paté, pero en boca es pura longaniza blanca clásica. Todo el sabor de la tradición concentrado en un bocado: Bravo por la iniciativa. Comentar también que el vino que acompaña a los menús, es, por supuesto, un D.O Alicante y en este caso fue uno ya muy conocido y de relación calidad-precio fantástica: El Tarima Hill de uva Monastrell.

Chuletitas, virutas de foie, revuelto de morcilla, arroz conejo caracolesCon estos fantásticos preámbulos hicieron acto de presencia entrantes mas potentes como las chuletitas de conejo rebozadas y picada con ajetes: Un bocado sublime, absolutamente tierno y cargado de sabor (nos comentaron que se utilizan conejos de 600gr máximo para ello), unas virutas de un excelente foie acompañadas de confitura de tomate (esta última yo no la probé pero mi acompañante comentó que la combinación era extraordinaria) y otro de los clásicos de la casa: Revuelto de morcilla pinosera, también sensacional y con muchísimo sabor con ese extra agradable que aporta el añadir este embutido a cualquier otra elaboración.

arroz con conejo y caracoles

Y presidiendo la mesa… el rey de la casa: El arroz con conejo y caracoles. Mucho he escrito ya sobre esta joya y poco puedo aportar de nuevas. Quien lo cataloga como el mejor arroz del mundo tiene razón, y la tiene por muchas razones: Está hecho con leña de sarmiento lo que le da una personalidad única y lo que, por otra parte, implica que la cocinera esté soportando unas temperaturas demenciales de mas de 50º en la cocina. Está hecho con productos de coste razonable, baratos, y este es un mérito tremendo porque resulta llamativo que para hacer un arroz como este «el mejor del mundo» no te haga falta añadir nada que tenga que ver con el mar, a kilómetros de aquí, como bogavante, cigalas, carabineros ni cosas por el estilo no no no… si lo pensáis, tiene muchísimo mas mérito. En fin, como no podía ser de otra forma dimos buena cuenta del arroz que estaba tal y como yo lo recordaba de otras veces: Sabroso, al punto perfecto, con la cantidad exacta (un grano sobre otro) y despidiendo aromas impagables. Es  pec  ta  cu  lar.

milhoha, tarima y coste menú

No exagero si digo que no quedó ni un grano en la paella, ni uno. No era para menos. Como colofón a este menú pre-jornadas el postre con el que fuimos obsequiados fue una milhoja de crema pastelera acompañada de fresas y kiwi cortados en finas rodajas y un canutillo de barquillo. La milhoja estaba muy rica, con un hojaldre tostado casi caramelizado y con recuerdos gustativos muy identificables como a tofee, dulce de leche, vainilla… la crema deliciosa también. Terminamos con un cortado y una manzanilla con un suspiro de anís y, como no, las clásicas y adictivas perusas de la localidad, esas pastas que pesan menos que el aire y que están tan ricas que no pararías de comerlas una y otra vez.

En el tema precio, como he comentado al principio, fui (fuimos) invitados por la organización de la Mostra, pero si que puedo decir que este mismo menú, con dos entrantes en vez de tres, está disponible en el Restaurante por el precio que pongo en la foto: 27,50€ IVA incluido, que es el precio oficial al que todos los restaurantes de la mostra están ofertando sus menús. Podéis ver todas las propuestas y programa de la misma pulsando AQUÍ. Por mi parte, reiterar el agradecimiento y animar a todos los lectores a visitar esta localidad porque, al igual que yo, quedarán irremediablemente atrapados por ella 😉

Bar de pintxos COME COME en L’Alfàs del Pi

Por aquellas casualidades de la vida hace varios días descubrí este coqueto bar/tapería y todo sin proponermelo. Había quedado en recoger a un gran amigo en L’Alfàs para irnos a comer al Albir con la sacra misión de encontrar un nuevo santo grial con formato de buffet de sushi donde satisfacer el «ansia viva» que a veces le entra a uno por darse un festín de rolls y nigiris y sustituir de esta forma a mi habitual referencia allí que o bien por cambio de dueños o bien por criterios de gestión, ha dejado de hacer las cosas como a mí me gustaban, y por tanto, ya he descartado. La cosa es que una experiencia que en principio iba a ser «oriental» se tornó en ibérica, concretamente en medio maña y todo gracias a que yendo a buscar el coche, aparcado en la avenida principal de este municipio, andando por la acera mi amigo me advirtió…»Este sitio lo han abierto hace poquito y dicen que está bien para tapear, ¿Te apetece que nos hagamos un vinito?» …y vaya, el vinito derivó en una comida que quiero compartir con vosotros.

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El COME COME es un local no excesivamente grande, con algunas mesitas, mesa alta y algo de barra, que lleva abierto un par de meses. Los propietarios son oscenses y lo notaréis enseguida porque en cuanto hablan denotan un claro acento «mañico» y claro, les terminas preguntando. En la barra podemos encontrar un rico, visual y atractivo muestrario de pintxos y elaboraciones que entran solos por la vista, la presencia es excelente. También disponen de una pequeña cava donde guardan a temperatura varias referencias y D.Os de vinos que se pueden tomar por copas y eso es lo que hizo mi amigo con gran criterio, adelantarse a cualquier dilema y pedir directamente 2 copas de Tinto ENATE Cabernet Saugvinon – Merlot del 2010. Esto me gustaría destacarlo porque el Enate, es un vino D.O. Somontano, es decir, de la zona de origen de los propietarios y lo destaco porque me sigue tristemente llamando la atención de cómo hay gente a la que le gusta hacer patria con sus productos y sin ningún complejo y cómo sigue siendo relativamente complicado encontrar «abanderados» de nuestros vinos en nuestra propia provincia de Alicante. Lógicamente no se puede generalizar pero ahí dejo la reflexión.

Por otra parte, es de justicia comentar que este vino sabe extraordinariamente bien, está buenísimo. Tiene un bonito color cereza y en nariz deja notas de vainilla y frutas del bosque. Es muy suave en boca, sabroso, algo carnoso y con una acidez mínima y muy contenida debido a sus 4 o 5 años embotellado. Estaba en su temperatura exacta y sinceramente, absolutamente delicioso. Comentar que la copa de vino se cobra a 2€, que la sirven a mi modo de ver excesivamente rasa (corta) pero en una copa correcta y que nos la acompañaron con dos mini-empanadillas de bocadito de esas que vienen congeladas en bolsa y un vasito de chupito con una crema que forma parte de uno de sus pintxos estrella: El Cocido Completo. Esta crema es ni mas ni menos el resultado de triturar y pasar a puré un poco de caldo del cocido, garbanzos, patata, zanahoria, etc… ¿Resultado? Estaba muy rica si bien algo densa si se pretende servir en ese formato. La cosa es que una vez allí nos pudo mas la curiosidad que las ganas de desplazarnos y nos sentamos en una mesa para dejarnos llevar.

ensaladilla, enate y pintxo

Para ser claros y no mentiros, no teníamos ni idea de que íbamos a comer, pero visto lo visto (o mejor dicho, saboreado lo saboreado) si teníamos claro que queríamos hacerlo con una botella del Enate Cabernet 2010. Por lo demás, la otra duda se resolvió pronto porque uno de los amables propietarios se ofreció a irnos sacando propuestas bajo su criterio y a nosotros, que somos de experimentar, nos pareció muy buena idea, así  que nos acomodamos en mesa, templamos copas, nos servimos vino y nos dispusimos a comer algo que, poco tendría que ver con aquel deseo sushi con el que había empezado el día y sí mas con la sorpresa y la novedad.

El desfile de propuestas comenzó con una ENSALADILLA RUSA que aunque en la foto pueda parecer lo contrario, tenía muy buen tamaño y textura de ingredientes, troceaditos como a mi me gusta. La característica mas destacable era que la misma estaba elaborada con pepinillos agridulces (también llamados gherkins) tan utilizados en la cocina alemana. Esto le aportaba un gusto especial a la misma aunque debo decir que para mí, había excesiva cantidad de ellos y sí que faltaba algo mas de mahonesa. El resto era atún, patata, huevo y zanahoria. Rica.

Con la ensaladilla en mesa, nos llegó una TOSTA DE GRATINADO DE ESPÁRRAGOS TRIGUEROS. Esta tosta estaba muy rica. Estaba compuesta por una mezcolanza entre bechamel y el queso que estaba acertadísima, los trozos de espárrago eran pequeños y todo puntas, para evitar partes duras y todo el conjunto en boca con el pan tostado lo convertía en un bocado muy muy agradable.

Joselito, Cocido completo, pintxo gamba y albondigasLas propuestas continuaron sucediéndose y lo siguiente que hizo su presencia en la mesa fue la 2ª parte del PINTXO DE COCIDO COMPLETO. La verdad, la idea es muy original: Por un lado el vasito con la crema que ya he comentado, y por otro, una especie de medio sandwich coronado por unas lágrimas de puré de garbanzos, los garbanzos propiamente dichos y en el interior de dos rebanadas de pan de molde tostado, un triturado de las carnes que se utilizan en el cocido así como de los embutidos: Ternera, Morcillo, Chorizo… todo en una cazuelita que tiene como base una salsa (indefinida) que forma las letras «come». Lo partí en dos y me lo comí muy a gusto la verdad. Es muy sabroso y lógicamente el conjunto te recuerda a un cocido lo pruebes por donde lo pruebes. Es cierto que es original y agradable, también es cierto que siendo un pintxo, el pan es un elemento casi indispensable, pero ciertamente he de decir que aquí le sobra, algo así como extrapolarlo a una cocido tradicional e imaginar comerse el mismo con dos rebanadas de pan. No se vosotr@s pero a mi no me casa esto mucho. ¿Sugerencia? Pues yo lo que haría es disminuir el grosor de los elementos que hacen de sujección y sustituiría el pan de molde por algo de la textura y grosor de unas regañás por ejemplo, o también, con harina de garbanzos probaría a hornear tejas y comprobaría si son suficientes para aguantar el relleno. Quizá también ayudaría que la presentación del mismo fuera acostada en vez de en vertical, aunque perdería impacto visual evidentemente. En fin, solo son sugerencias.

Continuamos con lo que ellos llaman un JOSELITO y claro, con ese nombre te esperas que lo que te traigan lleve jamón pero no, este pincho es un pequeño nido de pasta kataifi frito, también llamada kadaif, kanafeh o kadayif, elaborada del mismo modo que la pasta philo pero presentada en forma de finos fideos como de cabello de ángel con varios grosores, con una yema de huevo a baja temperatura como cúpula. ¿Lo resumo? Explosión en la boca de sabor y untuosidad como no podía ser de otra forma. Por mucho que los critiquen, los huevos a baja temperatura son, para mi, irremplazables en cualquier menú y el juego que dan es mucho en la cocina. 

Lo siguiente que llegó fue un PINCHO DE GAMBAS CON LÁMINA DE CALABACÍN BRASEADO. Poco que decir porque su simpleza era directamente proporcional a su sabor: Arrebatador. Gambas en su punto exacto de plancha y una tira ondulada de calabacín ídem que rematados con sal gorda y unas lágrimas de AOVE consiguieron que levantáramos la vista de la mesa y se nos pusiera en la cara esa media sonrisa y rictus de placer que bocados como este te provocan.

El penúltimo plato que llegó fue una cazuelita con 2 ALBÓNDIGAS magras (por persona) y cuya peculiaridad residía en que la salsa estaba elaborada con un almendras tiernas,  blancas  o también conocidas como almendras de leche. La carne muy rica, jugosa y la salsa con abundantes trocitos de almendras y, yo creo, que un puntito de curry, mínimo, pero lo suficientemente perceptible. Muy ricas.

Postre, pintxo y cuenta

En fin, los tempos de salida entre tapa y tapa fueron muy buenos y como cada cierto tiempo venían a nuestra mesa a interesarse por como íbamos, al llegar a este punto, comentamos que con un pintxo más y un variadet de postre rematábamos ya definitivamente la faena pues esta estaba siendo muy buena e intensa. Dicho lo cual nos trajeron la última propuesta en mesa MONTADITO DE SOLOMILLO Y CREMA DE BOLETUS. En vez de pan, este pintxo contaba, de nuevo, con la pasta kataifi frita sustituyendolo. La verdad, bueno. La carne tierna, la crema de textura mas cercana al mousse con recuerdos a funghi porcini pero no excesivos. Correcto.

La experiencia fue francamente buena pero el POSTRE casi la tira por tierra (si, estoy exagerando, naturalmente). El variado de postre consistió en unos trozos de tarta industrial de fresa, unos profiteroles de bolsa semi-congelados y unas trufas ídem, todo decorado con el clásico chorrazo de nata montada. A todo esto, yo antes de ver el postre y tras ya haber dado buena cuenta del Enate, había pedido 2 copitas de vino dulce para acompañarlo, y lo que me ofrecieron fue mistela. No, no era en mistela en lo que estaba yo pensando aunque visto el resultado del postre, casi que fue lo mejor. Yo aquí lanzaría la siguiente reflexión: Si te esfuerzas, como es el caso, en ser original, ofrecer algo distinto, diferente, novedoso y de buena calidad, por Dios, no descuides el postre, porque no es que también forme parte de la experiencia gastronómica, es que además… ¡es el final de la comida y el último recuerdo gustativo que te vas a llevar!. No soy nadie para dar consejos pero si es por medios, disponibilidad o tiempos, si hacen por la mañana un brownie o un pan de calatrava casero, es algo con lo que puedes jugar, trocear y distribuir con relativa facilidad y que aseguro, va a dar un resultado infinitamente mejor que el industrial. Es una sugerencia que espero sea entendida. En cuanto al vino dulce, lo que me hubiera gustado es que hubieran tenido alguna referencia tipo Castaño, Mendoza o Cristal·li por ejemplo, pero no pudo ser. Lo que si que pudo ser fue un cafelito para mi amigo y una manzanilla con anís para mi. 

En fin, el total de la cuenta para 2 personas fue de 54.40 € y como parte final no me quedo con lo del postre, porque son cosas que imagino que el día a día les hará reflexionar, y si me quedo con la parte original, el trato exquisito y amable del personal del local, las ganas por hacer bien las cosas y sobre todo, la alegría de ver que hay gente que a pesar de lo que cae, sigue abriendo negocios hosteleros con mucha ilusión y ganas, y eso, es algo que todos debemos de celebrar ;).

Instagram, un apetitoso bocado para la hostelería | ElSumiller.com febrero 2015

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Es indudable el poder que tiene una imagen y aquello de “mas que mil palabras…” muchas veces se puede incluso llegar a quedar hasta corto si de lo que estamos hablando es de gastronomía. La capacidad de atracción-reacción que puede llegar a generar la visualización de una fotografía relacionada con alimentos, platos, elaboraciones… se puede etiquetar a día de hoy y sin que sorprenda a nadie como “pornográfica”, no en vano, una de las etiquetas o hashtags mas populares en la red social de la que os quiero hablar hoy, Instagram, es precisamente una que agrupa los dos conceptos: #PornFood.

Los sentidos mueven el mundo y la vista quizá sea uno de los más poderosos para ejercer de batuta en ese movimiento. El visionado de una pieza de pan casero recién hecho o el simple primer plano de un fresco níspero abierto por la mitad y aderezado con un chorrito de miel puede ser tremendamente evocador para nosotr@s. Tanto, que nos puede generar una atracción irrefrenable y deseo de probar ese determinado producto, elaboración o en el caso de que estuviéramos viendo la foto de un paisaje idílico desde la ventana de un hotel, por ejemplo, la necesidad de evocar la experiencia. Y es este magnetismo imparable del que puede hacer perfecto uso el hostelero para generar en actuales y potenciales clientes la necesidad de hacer tangibles las seductoras propuestas que en forma de imagen les vamos a ofrecer.

Instagram es la red de lo bonito, de la sugestión, de la tentación, de la belleza (evidentemente no siempre), pero quedémonos con estos aspectos positivos y sepamos que hablamos de una red gratuita de mas de 300 millones de usuarios móviles activos (potenciales consumidores, clientes, huéspedes…) que operan bajo esta red, propiedad de facebook, otro aliciente a tener en cuenta ya que “la red de redes” la apadrina y gestiona, por tanto, hay garantía de que su crecimiento seguirá siendo directamente proporcional a esta red. Disponible bajo los dos principales sistemas operativos móviles del mundo (Android + iOS), está disponible para dispositivos móviles como smartphones, tablets, phablets y son compartidas mas de 50 fotografías al minuto. Como veis, son poderosos argumentos para plantearse estar, y sobre todo, participar e interactuar, porque como hemos dicho alguna que otra vez, estar por estar no aporta nada positivo, mas bien al contrario: Dejadez, falta de preocupación…

Yo te pregunto: ¿Es una buena promoción para un hotel el que sus clientes suban a Instagram fotos de las instalaciones y de los servicios que se ofrecen? O… ¿Es una buena promoción que para un restaurante ‘narrar’ su menú y platos especiales del día con creatividad e imágenes diferentes y a ellas sumar también las que, sin duda, van a aportar sus clientes? Evidentemente la respuesta es SI. Que hablen de nosotros aunque sea para llamarnos la atención siempre es positivo, siempre, porque nos da la oportunidad de responder, argumentar, discrepar, puntualizar, y no solo ante quien ha compartido, en este caso una imagen, sino ante los millones de ojos que gracias a la filosofía 2.0, van a ver la conversación. Una máxima que el hostelero debería marcarse a fuego y entonar diariamente a modo de místico pero necesario mantra.

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