Restaurante LA FRAGUA en Alarcón (Cuenca)
Publicado por Oskar García
Alarcón (provincia de Cuenca) ha sido para nosotros un gran descubrimiento y revelación. Un entorno medieval bien conservado a menos de 3 horas de Alicante que merece ser visitado una vez en la vida por lo menos y que posibilita también la práctica de actividades alternativas saludables como el senderismo, kayak, paseos a caballo etc… Lo bueno de estas actividades es que dan bastante hambre así que nosotros, cuando llegaron las 14:15h y empezó a apretar el gusanillo, nos dejamos guiar por un parroquiano local y le pedimos consejo para comer algo típico y además sin temor a tener que andar en exceso ya que el pueblo está formado por 4 calles (literalmente) 🙂 .
La pregunta no fue casual ya que días previos, yo había podido ver distintos comentarios de restaurantes en conocidas plataformas web de opiniones y la verdad, muchas de ellas me generaban mucha desconfianza, así que sin proponérnoslo terminamos comiendo en el Restaurante LA FRAGUA de la Pza de Santo Domingo. Es un sitio con un amplio salón central, una barra y muy agradable, con un gran cuadro presidiendo el mismo de La Fragua de Vulcano de Velázquez. Quiero destacar una cosa y es la amabilidad y buen hacer del responsable de sala (imagino que dueño del local). Nada más entrar, terminó de atender a unos clientes y con una sonrisa nos recibió y nos comentó que se le acababa de ir una mesa grande y que si quería la terminaba de desmontar para poder ponernos una de las mesas al lado de la chimenea (que ya apetecía). A eso le llamo yo complicidad, la generó desde el primer segundo, buen profesional. Y como no, mientras esperábamos que nos preparara la mesa, nos puso en la barra una cañita, un vino local (del que luego hablaré) y una cazuelita de patatitas aliñadas que entraron a la misma velocidad que mi hijo se come los gusanitos… ¡que ricas!.
Ya en mesa, nos decantamos por probar el clásico Morteruelo conquense y 2 platos de asado recomendados. También tuvimos dudas de si pedir o no pedir un plato de asadillo de pimiento rojo con ventresca pero en un nuevo detalle y gesto de honestidad por parte del responsable de sala nos dijo: “yo, cuanto más pidáis, mejor para mí, pero sinceramente, con eso y un postre os quedaréis bien”. Y efectivamente, así fue. Además, en otro gesto igual de profesional, nos vendió excelentemente las bondades de su postre mas especial: Una tarta casera de manzana que preparan al instante y que necesita 20 minutos de elaboración. Vistas las buenas maneras y formas de este señor, decidimos darle un nuevo ok y anticipar ese postre así como uno que a mi pareja le pareció muy sugerente: Bombón de higo con natillas caseras. Para maridar todo esto el buen hombre nos preguntó si nos había gustado el vino que nos había puesto en barra, y la verdad, estaba muy bueno, así que nos contó que es un vino que se hace con viñas del término de Alarcón aunque se elabora en una cooperativa cercana, el Viña Hermez. Este es un vino cosechero y dio muy buen resultado en la comida, aunque quizás lo que este fuera de tono sea su precio ya que lo cobran a 12€, un precio excesivo para este tipo de vinos bajo mi punto de vista.
Otro detalle: Cuando nos sirvió el vino este no ‘vino’ solo: Vino con un plato de bacalao con dulce de tomate que quitaba el sentido, el conocimiento y hasta el habla (y lo dice uno que habitualmente no come ni bacalao ni tomate). Tremendo y detalle de la casa para amortiguar la espera. Sensacional. Llegó a la mesa el morteruelo que tenía incrustados trozos de tortas de galianos o gazpachos. Una buena ración, sabrosa, a temperatura y por supuesto, ‘megauntable’ que nos comimos la mar de a gusto.
Los platos principales no tardaron en aparecer. Por un lado el mi trozo de cochinillo asado acompañado de unas patatas lonchadas y por otro, el plato combinado de mi pareja con un trocito mas pequeño de cochinillo también y de cordero. La carne estaba bastante buena y más cuando tienes hambre. La piel crujiente, la textura mantecosa del cochinillo y lo que sí que falló en este plato fue que las patatas estaban prácticamente crudas, una lástima pero tampoco nos importó demasiado.
Para finalizar la comida hizo acto de presencia la afamada tarta de manzana: Fantástica. Llegó a la mesa calentísima y tuvimos que esperar. Este quizá se otro hándicap a añadir a su preparación, y es que aparte de los 20 minutos que necesita, también necesitas unos 10 adicionales para que se atempere pues está mucho mas rica en cuanto se empieza a enfriar un poco. Es tan sencilla que su resultado sorprende: Base de fino hojaldre, crema pastelera, manzana, canela y cúpula de la mermelada que tengas a mano, y ya está, ni mas ni menos, ni menos ni mas, porque como digo, era una delicia comerse esa maravilla y para cuando la acabamos, estábamos hasta arriba con lo que nos vino a la cabeza que aún había pendiente otro postre y al acercarse el responsable de sala a la mesa a preguntarnos qué tal, le comentamos que estábamos hasta arriba y aquí vino otro detallazo mas: “No os preocupéis, no lo había marchado porque me imaginé que con la tarta tendríais suficiente”. Solo puedo decir sensacional atención.
Con 2 infusiones pusimos broche final a esta excelente comida junto a otro simpático detalle adicional: Pedí una manzanilla ‘tocaita’ con anís y al servírmela, el hombre me dejó dos botellas encima de la mesa. Una con un culín de anís y la otra “por si consideras que es poco y te quieres servir lo que quieras, estás en tu casa”.
En fin, es fantástico poder encontrarte en hostelería con gente con este feeling, buen hacer y con esa profesionalidad. El total de la comida fue de 67,00€ que no es que sea un regalo, pero visto lo visto los pagamos bien contentos, y eso creo que es casi lo mas importante.
Publicado el 19 noviembre, 2014 en BEBER Y AMAR, COMER, VISITE NUESTRO BAR. Añade a favoritos el enlace permanente. 2 comentarios.
Genial la propuesta. Me encanta que siempre nos indiques los precios de las cosas, es muy útil. Por cierto, nada como pedir a un vecino que te asesore esa recomendación no suele fallar nunca.
Así es Carolina… ¡el del vecino es el mejor google del mundo! 😉