Archivo de la categoría: ELSUMILLER.COM
NOM Una red social para ver y cocinar online | Elsumiller.com abril 2016

Nom es el nombre de una de las últimas novedades en gastrotendencias social media. Una comunidad social online para los amantes de la comida para compartir y ver la creación de sus elaboraciones culinarias favoritas en tiempo real. Si somos aficionados a compartir contenidos gastronómicos ya sea subiendo fotos o algún video, Nom nos va a gustar desde el primer minuto. Si alguna vez hemos querido darle corbertura a nuestro propio programa de cocina, Nom nos va a dejar ojipláticos, ya que entre otras opciones, nos permite crear fácilmente transmisiones multimedia, en vivo, que además, nos permite superponer fotos, clips de vídeo y archivos GIF sin tener que entrar en edición adicional.
La aplicación, creada por Steve Chen, cofundador de Youtube, pretende acercar al máximo el mundo de la cocina a cualquier usuario, seguir y vincularnos con nuestros cocineros favoritos, ya sean profesionales o aficionados. Los veremos como si estuviéramos en la cocina con ellos e incluso podremos hacer preguntas, explorar, descubrir y, sobre todo, aprender juntos. Los chefs que participan están transmitiendo vídeo como si de youtube se tratara, clasificando el contenido en categorías para que sea sencillo encontrar recetas adecuadas y encajando sus distintos contenidos en una agenda programada para facilitar su seguimiento. No deja de ser distinto a saber que a tal hora hacen tal programa en Canal Cocina, por ejemplo. Se comenta también que para poder ofrecer una experiencia original y lo mas parecida a la de un programa producido en estudio, es compatible con varias cámaras. Cualquier usuario puede crear un canal, y ya hay muchos disponibles con fechas de emisión en directo… Todo reto para los cocineros que se animen y quieran iniciarse en la plataforma.
Su uso es gratuito y Nom se encuentra disponible en www.nom.com y en iOS (Apple). Desde allí podemos ver las próximas transmisiones y los canales más populares, recetas, post, foros y debates al hilo de alguna emisión o elaboración concreta y muchísimo mas contenido ideal para todo buen amante de la cocina. Lo gastronómico es una de esas tendencias que nos han acompañado siempre y que evolucionan y se transforman para continuar haciéndolo 🙂
Puedes leer esta publicación en su formato original pulsando AQUÍ (pag. 69).

#Foodporn o la pasión gastro en Instagram | Elsumiller.com marzo 2016

Que la comida es algo adictivo no es ningún secreto. Es poder de atracción puro. Consciente. Es una lucha entre lo psíquico y lo fisiológico. Seducción irresistible, tanta, que alguien un día decidió que una buena forma de etiquetar determinadas imágenes con un potencial tan irreprimible sería la de añadirle el apellido de ‘pornográfica’ quedando un hashtag (o etiqueta) tan majo como #FoodPorn. Esto, en una red como Instagram donde lo que prima es la fuerza visual de las imágenes tenía todas las papeletas de ser el caldo de cultivo perfecto para que esta etiqueta proliferara. Y así ha sido.
Casi 82.000.000 millones de imágenes (y subiendo) tienen la culpa de esto. Por supuesto, no hablamos de softcore, ni harcore ni realmente nada que se pueda asociar al erotismo o a un concepto pornográfico al uso. Hablamos de #FoodPorn, una ¿tendencia? que sitúa en valor y escena a los alimentos, que muestran su lado más artístico, sensual y provocador. Y aunque suene cómico y literal en su traducción, no hay que confundir con ‘gastroporno’ (algo así como utilizar alimentos para juegos sexuales) 🙂
Según relatan en el blog cocinayvino.net parece ser que este término (al menos el concepto) no es tan reciente como podríamos pensar y según postulan, el término podría haber aparecido por primera vez en 1984 de la mano de la crítica británica Rosalind Coward y se estaría refiriendo como tal al hecho de que los alimentos sean presentados bellamente iluminados y retocados. Imágenes donde la comida con una adecuada presentación podría llegar incluso a ser un regalo para los demás, una forma de mostrar afecto donde los alimentos son expresamente preparados para resultar irresistibles.
No es de extrañar que se busquen este tipo de “atracciones”. En un mundo donde prima la imagen y lo visual es la forma idónea en que, por ejemplo, además del usuario normal y corriente, las grandes firmas y multinacionales de productos de alimentación se centran en esta tipología comunicativa con el objetivo potenciar su concepto. Una imagen bajo el sello #foodporn puede llegar a ser retocada y manipulada hasta el infinito para llegar a lograr su objetivo: Generar esa sensación tan única de deseo que nos impulse al consumo/compra.
Si se piensa un poco, esta corriente social que alcanza su cénit en escenarios digitales resulta perfecta e ideal para que los hosteleros puedan mostrar sus productos y elaboraciones, sobre todo si nos encontramos cerca de la hora de comer. Siempre se ha dicho que no es bueno ir a hacer la compra con el estómago vacío ya que este hecho puede incrementar el precio final de la cesta en un alto porcentaje. Es cierto. Si tenemos hambre aplicaremos para elegir los alimentos de las estanterías un instinto primario más que uno lógico o de puro almacenaje pensando en la despensa. En Internet y los medios sociales online pasa igual. Si cuando entra el hambre y va llegando la hora de comer/cenar, alguien es lo suficientemente hábil como para colocar una imagen irresistible de un alimento, tiene muchísimas papeletas para conseguir generar leads gracias a la ansiedad gástrica que le va a provocar a muchísimos de los espectadores. No es casualidad.
A pesar de que el trabajo de los cocineros es admirable, en ocasiones la principal ‘culpa’ de que una comida resulte atractiva recae sobre el fotógrafo, sobre la persona que ‘tunea’ o manipula con habilidad la imagen y también del programador y el copy que saben cuándo deben de compartir la imagen y también al texto o ‘reclamo’ que la acompañe. Todo cuenta. Cada detalle. A veces elementos tan simples como el color del recipiente donde se presenta, la disposición de los distintos elementos, la luz, el color, el ingrediente principal, el tipo de proceso al que ha sido sometido el alimento (cocido, frito, asado…) son aspectos que de alguna forma serán claves para crear una imagen tan poderosa en su composición como en su contenido. Les deseo una muy feliz semana santa y que aprovechen la misma para dar rienda suelta a su pasión gastronómica, sea esta ‘porn’ o más ‘soft’ 😉
Puedes leer esta publicación en su formato original pulsando AQUÍ (pag. 60).
Agradecimiento Imagen: http://www.restauraniza. com

La máscara digital | Elsumiller.com febrero 2016

Febrero es tradicionalmente mes de disfraces y de carnaval, por tanto, también lo es de máscaras. Andaba yo reflexionando cuando he caído que dicho objeto ejercía de excusa perfecta para abordar el tema que me gustaría plantear en el artículo de este mes, que es ni mas ni menos, lo que hace que, muchas veces, el hostelero termine utilizando máscaras digitales para mostrarse ante su clientela.
Porque, de inicio, ¿y si empezamos preguntándonos qué podemos querer esconder detrás de una máscara? Habitualmente y aunque resulte muy obvio, es evidente que una de las respuestas podría ser «algo que forma parte de nosotr@s pero que no queremos que se vea». Y sí, creo que por aquí van, a veces, los tiros de lo que sucede digitalmente en el sector hostelero, algo así como si quisiéramos actuar «como si fuéramos otra persona» para finalmente representar algo que no somos.
También es cierto que, algunas veces, podemos escondernos detrás de una máscara para ocultar nuestra identidad a modo de un superhéroe para mantener nuestra privacidad a salvo, lo cual es muy loable. Sin embargo, este no sería el caso de un hotel o un restaurante que deciden mostrar una imagen digital que no es la suya. Aquí quizás habría que hacer algunos matices más que necesarios. Por ejemplo, no estoy hablando de que un establecimiento publique una foto en Instagram que ha pasado por tantos filtros que parece irreal. No. Lo que le pretendo decir al amable lector es algo mas complejo y lo preguntaré de esta guisa:
- ¿Qué nos hace transmitir en los medios digitales unos servicios, productos, elaboraciones y características de nuestro establecimiento que nada tienen que ver con la realidad?
- ¿Creemos que nos puede llegar a beneficiar de alguna forma?
- ¿Lo hacemos porque nuestra competencia es mejor y debo plantarle cara de algún modo?
- ¿Es porque nos hace sentirnos menos vulnerables frente a las amenazas de un sector tan competitivo como el nuestro?
Cuando hacemos esto, no solo estamos engañando a nuestros clientes actuales y potenciales. También y aunque no queramos protagonismo, nos estamos engañando a nosotros mismos y eso, al menos, nos tendría que escocer un poquito. No podemos interactuar en los canales sociales para decirle a un posible huésped que las habitaciones si disponen de secador y que luego cuando nos visite, no haya ni rastro del aparato. No podemos compartir fotos de jardines que no pertenecen a nuestro establecimiento y decir “nuestros espacios verdes son únicos”. No podemos inventarnos platos en la carta. No podemos abaratar los precios de nuestros menús porque hemos visto que el restaurante de enfrente los tiene más económicos que nosotros. Entiéndanme. Podemos hacerlo, claro que podemos hacerlo, pero no como método para disfrazar las carencias de nuestra oferta.
Lo que sí debemos hacer es ser honestos y convertir lo que nos hace débiles en una fortaleza. Por experiencia de clientes les puedo decir que algo que no soportan los usuarios es que se le mienta descaradamente y sin pudor. No. Lo que debemos hacer es convencer con argumentos verosímiles y reales de que nuestra oferta merece la pena y que siempre vamos de cara. Esto no significa que debamos mostrar algo que pensamos que no es necesario enseñar. Significa que nos esforzaremos para ser los primeros convencidos en que nuestra oferta si que merece la pena tanto o más que la de la competencia y que estamos dispuestos a seguir mejorándola. Sin engaños y sin máscaras digitales. Feliz Carnaval 😉
Puedes leer esta publicación en su formato original pulsando AQUÍ (Pag. 52).
Agradecimiento Imagen: http://www.sas.upenn.edu/~nathanen/







