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En esta sección os iré contando aquellas experiencias gastronómicas que, por alguna buena razón, merezcan la pena ser compartidas, porque como dice mi madre: ‘en esta vida de todo se aprende’ ;)

La Seu de Dénia o de como los detalles y los gestos importan

Dénia estaba preciosa. Magnífica. Calurosa pero intensa. Tranquila pero con un sublime bullicio de fondo. Eran fiestas, no lo sabíamos. Fue en esta sugerente localidad alicantina y mediterránea un domingo de julio que aparecimos en formato familiar mis suegros, mis cuñados, sobrino, mujer e hijo para pasar un día diferente, de celebración y disfrute. ¿Nuestro destino? La calle Loreto y uno de sus templos gastronómicos mas reconocibles: La Seu. Mis suegros querían invitarnos a comer y habían sido previsores, reservando y encargando un menú de mediodía de los que tan bien habíamos oído hablar y que tenía un precio más que atractivo: 22€ (bebidas a parte).

Con la agradable y fascinante misión pues que teníamos por delante, nos adentramos por esta céntrica calle peatonal, que seguramente, hacía demasiado tiempo que no visitaba y pude comprobar como gastronómicamente, estaba mas viva y apetecible que nunca. Como teníamos tiempo, nos dejamos llevar un poco en ella y parar para tomar una cervecita previa, estimular el apetito y refrescarnos bajo una delicada sombra de las intensas temperaturas. Muchísimos locales con ofertas la mar de atractivas y unos menús del día realmente tentadores a unos precios arrebatadores que me dejaron un poco sorprendido ya que prácticamente en la misma ubicación, locales como Els Tomassets tenían un menú con numerosos entrantes y un caldero meloso de cigala y sepia por 16€. Lo mismo ocurría en el Ca Pepa Teresa, en este caso a 20€. La cerveza la terminamos tomando en el tradicional y añejo Miguel Juan, donde por cierto, me dio la impresión que batían el ‘record’ de la mejor propuesta de menú con entrantes clásicos pero siempre eficaces como mejillones o calamares, pero un más que interesante plato principal de arroz meloso con pato y setas, todo ello por 14€. Desde luego, la propuesta era más que tentadora y las diferencias económicas también. ¿Que ocurre en esta calle sabiendo además que la mayoría de locales que he mencionado hasta el momento comparten la misma familia gestora? Me imagino que es la ley de dar cumplida oferta a todos los bolsillos y apetencias, es posible.

Igual pensáis que me desvío demasiado del hilo principal, pero no lo hago, a veces si, pero en este caso este prólogo responde a sentar las bases para que entendáis el porqué de lo que cuento a continuación.  Nada mas llegamos a La Seu nos encontramos una sorpresa en su puerta, concretamente en la pizarra que anunciaba el menú del día ya que este indicaba que el precio eran 25€… ¿25€? -Que raro, comentamos, si hemos cerrado la reserva y la hemos confirmado a 22€. Bueno, pues como preguntando es como uno no se equivoca, entramos a este espectacular local para confirmar la reserva y de paso corroborar que esta, efectuada con 5 días de antelación, se ajustaba a lo hablado y pactado por teléfono: Pues no. Y a raíz de esa primera contestación se generaron 4 momentos dignos de mención que como titulo en este post, hacen que los detalles y los gestos importen, mucho.

En el momento de preguntar inicialmente, una amable empleada nos confirma la reserva y ante el comentario: -Una cosa, yo he confirmado telefónicamente un menú de mediodía al precio de 22€ pero en la entrada veo que lo tenéis a 25€… me respetaréis el precio ¿no?. o bien no supo como reaccionar o bien se quedó en fuera de juego porque en ese momento se generaron 4 situaciones que, para mi, no son nada propias de un restaurante como este:

1) …pues no, es que hoy son fiestas y es el precio que tiene | Fantástico….»Hoy es fiesta«. ¿Y? ¿Yo que quiere que le haga? Ante la cara de sorpresa llego el momento 2.

2) ...ahhhh, es que estamos avisando a todas las personas por teléfono | Vaya y el mio justo se debe haber traspapelado porque a mi no me ha llamado nadie. La cara de circunstancias y la insistencia llevó a la situación 3 y a «un momento que aviso a la encargada«.

3) …hola, si si, esto es porque hoy el menú incluye gamba | ¿Ah si? ¿Pero en qué quedamos? ¿Son fiestas o las gambas? Yo pienso que ninguna de las 2 y lo digo con conocimiento de causa porque he visto bastantes días en la web de este restaurante sus menús de mediodía y en muchas ocasiones han incorporado gamba/cigala y estos han sido expuestos tanto a 18€ como a 22€. Claro, que la respuesta 4 es la que acabo de romperme todos los esquemas…

4) …bueno, pues les quito las gambas y les dejo el menú a 22€ | ¡Toma ya! Yo en ese momento hubiera devuelto cortesmente un ‘muchísimas gracias’ el y hubiera desfilado en busca de un caldero meloso de pato y setas, pero aquí quienes decidían eran mis suegros y bien por la hora, bien porque ya estábamos allí o bien porque son buenas personas y muy formales, nos quedamos allí. 

Aclarar dos cosas, pues me parece conveniente: Toda esta conversación se desarrollo en un tono cordial, buenas caras y atención por parte de la responsable del establecimiento, que es una chica muy amable. Sin alteraciones, simplemente intentando entender que estaba pasando. También, comentar que desde el inicio y como os podéis imaginar, los 3€ no suponían ningún drama, ni ningún problema. No. Jamás. Nunca podrían determinar el sentido de una comida, esta claro. Lo que si lo determina son estos detalles, estos gestos y que no se respete lo que uno acuerda. Eso sí que me parece llamativo ya sean 20€ o 0,50 cent. La seriedad y rigurosidad, para mi, si cuentan y marcan las diferencias. En fin, si todavía no os habéis cansado de leer, comentaros que queda aún queda un ‘quinto’ momento.

La Seu Dénia

Superada esta primera (y poco positiva) impresión nos adentramos en esta espectacular infraestructura, mezcla de tradición y modernidad y que como punto mas llamativo, a mano izquierda tiene como una especie de simulación de pared de hielo (me recuerda mucho al muro de hielo de Game of Thrones), a mano derecha una amplia y visible cocina, lo cual siempre es un gran detalle y en la parte mas al fondo dispone de un comedor a modo de reservado, que respeta y deja al descubierto los antiguos muros de carga de la casa tradicional. Otros detalles estéticos a destacar son sus dos plantas superiores, ascensor interno de cristal y techo ídem que permite inundar la estancia con una agradable luz natural.

Una vez sentados y amablemente atendidos, nos dejaron un papelito con lo que iba a ser el menú del día donde aparte de los fijos, debíamos elegir un arroz a mesa cerrada. Las opciones eran Caldero meloso de cigalas y sargo, arroz a banda y arroz con carne y setas. Yo hubiera elegido el caldero, pero la mesa votó a banda y a banda fue lo que pedimos. En esas estábamos cuando la encargada volvió a la mesa y protagonizó el 5º momento pues nos comentó que «da igual, os voy a servir el menú con las gambas y os lo cobro a 22€«. ……Bien. Un buen tanto sinceramente, pero a mi juicio este llegaba tarde pudiendo haberlo tenido cuando se mantuvo la conversación inicial. Detalles y gestos. Agradecidos pero… entiendo que es complicado darle la vuelta a la impresión inicial.

El menú se inició con pan y torrajo de ajo aceite. Unas bandejitas con 2 trozos de pan tostado por persona (no casero) donde uno de ellos llevaba una buena dosis de allioli que había sido marcado en plancha. Un pequeño mortero de tomate rallado con aceite también hizo acto de presencia junto al plan. Muy original lo del allioli ‘planchado’, estaba francamente rico.

La Seu Dénia

Continuamos con un Cucurucho de boquerones con salmorejo. El nombre de este plato nos llamó la atención a todos, porque el ‘cucurucho’ ni estaba ni se le esperaba, a no ser que a una taza traslúcida ahora se le llame así. Aquí lo fundamental es que el salmorejo tenía una textura cremosa muy lograda, un sabor delicioso con el tomate como protagonista pero no copando todo el gusto, nada excesivo. Unos boquerones fritos y semi-rebozados coronaban el plato aunque en mi opinión, poco le aportaban.

Seguidamente llegaron a mesa 2 fuentes de Tataki de atún con mezclum de lechugas aliñadas y crudité de verduras. Cada fuente contenía 1 trocito para cada persona. Ciertamente rico. El aliño estaba algo picante, pero tal y como cabría esperar, no era un picante con tintes de wasabi, era mas bien una pimienta, que por cierto, combinaba francamente bien con los crudités, las lechugas y el atún en boca. La textura del atún no era la usual para un tataki y mas bien, lo que asemejaba era algo parecido a un carpaccio. Esto no tiene porqué ser malo, simplemente viene condicionado por el grosor de la pieza, y en este caso, eran delgaditas. Otra cosa que me llamó la atención fue el (no sé ni como definirlo) dichoso color tornasolado que me encuentro mas frecuentemente de lo que quisiera en las piezas de atún. Estoy hablando, por ejemplo, de esa película entre verdosa y multicolor que a veces puedes ver en la nevera de tu casa si te has olvidado unas lonchas de jamón serrano durante algún tiempo. ¿Alguien sabe con exactitud a que responde esto y que significa?. He buscado información pero no encuentro nada que explique con claridad a que se debe este fenómeno. 

Tras el Tataki llegó la gamba (¿de la discordia?) hervida. 1 gamba por persona y la presentación francamente buena pues llegaron a la mesa en dos bandejitas de cristal con agua, hielo y limón. Ni un pero. Producto fresquísimo, rico, jugoso y por lo que me comentó mi cuñado (que es un sensor humano para el ácido bórico), estas llevaban el mínimo. Bravo.

No lo he comentado, pero para acompañar el menú pedimos algunas sin, cañas, aguas, cocacolas varias y también algunas copas sueltas de vino blanco, en este caso se nos sirvió directamente una referencia de Utiel-Requena llamada Las 2 Ces. La clásica macabeo de la zona pero con sauvignon blanc. Color amarillo brillante tirando a dorado, algo cítrico en gusto y aroma y fresquísimo en boca. El caluroso día era lo que pedía, algo facilón y agradable de beber.

A continuación llegó un cuenco pequeñito con el denominado Figatell de atún con berenjena a la brasa. Para comer de un bocado. El figatell bien, la salsita correcta y el minúsculo trocito de berenjena casi lo mejor ya que tenía un acertadísimo toque ahumado. (Se me olvidó la foto, lo siento).

El último de los entrantes fue sin duda el mejor: Huevo poché con salteado de setas y patata trufada. Delicioso. Tremendo. Buenísimo. Jugoso y sabroso. Sabor perfecto y temperatura también. Romper la yema, mezclarla con el puré y con las setas y llevártelos al unísono a la boca resultó un auténtico festival. Como digo, lo mejor del menú. Imagino que alguien estará pensando que estamos hablando de un plato demodé y muy manido pues se trata de huevo a baja temperatura, otro más. Si alguien opina así lo respeto, pero que sepa que se pierde un auténtico manjar que vence y convence todas las veces que haga falta. 

Como yo estaba sentado al lado de la ventana de la cocina, sabía que el arrocito estaba a punto de llegar. Menuda cocina por cierto. Limpia, perfectamente organizada y un trabajo en equipo basado en puestos individuales perfectamente defendidos que estaban dando fantásticos resultados. Me gustó ver también alguna camisa con el bordado del CdT, sinónimo de garantía de buen hacer siempre.  Y así fue, el arroz a banda, en este caso para 7 porque mi sobrino de 3 años comía del mismo, nos fue presentado. ¿Que puedo contar del arroz? Varias cosas: Sabor excelente, sin palitativos. Buen fondo y mejor sabor. Muy sabroso. La textura del grano tirando a durita o lo que decimos en esta zona ‘teset’ y que para mi gusto es la textura de grano ideal. Y por desgracia,  decir por último otra cosa: Escaso. Si, muy poca cantidad. Me da rabia porque no hice una foto del mismo emplatado, porque además, el tamaño de los platos era el de un plato de entrante, no principal y de forma cuadrada. Muy poquito arroz y es una pena. Sírvase decir como detalle que mi sobrino de 3 años que come como un pajarito, repitió dos veces y es el único que pudo hacerlo. Con eso os hacéis una idea de, por una parte, lo rico que estaba y por otra lo limitado en cantidad del mismo. Si hablaramos de chuletón de vaca de trabajo lo entendería, si lo hacemos de añadir algún puñadito adicional de arroz no, lo siento, y mas sabiendo los márgenes de maniobra que se tiene en los mismos. El menú en líneas generales creo que pecó de lo mismo: de cantidades excesivamente ajustadas.

La Seu Dénia

El capítulo postres agradó y sorprendió. Sin preguntar opciones, por un lado nos trajeron 3 platos con una pequeña porción de tarta de 3 chocolates con una textura riquísima muy cercana al mousse y por otro, 3 copas de crema de fruta de la pasión con una especie de mousse de frambuesa. Riquísimos ambos pero si tengo que quedarme con uno, lo haría con la copa sin duda por su contraste de cremosidad y esponjosidad junto con el contrapunto ácido y dulce al mismo tiempo.

No tomamos café ni infusiones para poder hacerlo continuando nuestra visita a Dénia y como veis en la foto, la cuenta ascendió a 183€ en total. Destacar que el precio por persona se fue hasta los 30,50€ y que el ‘platito’ de arroz de mi sobrino fue cobrado a 10€. Ahí lo dejo.

Fin de la comida: ¿Volveré alguna otra vez a La Seu? Quizás, pero si depende de mi, pasará muchísimo tiempo. He sido conocedor de todo el potencial que tiene esta agradable calle peatonal y quiero recorrérmela de arriba a abajo para poder ser partícipe en primera persona de las atractivas ofertas que las pizarras de los bares y restaurantes me mostraron y que estoy deseando degustar. Creo que este verano-otoño-invierno, mi familia y Miss Loreto tendremos más de una cita 😉

Restaurante Asiático YAHO en Elx

Recientemente y por motivos de trabajo, los Soci@l Monkers tuvimos que parar a comer sin planificación en Elche/Elx. Mientras recorríamos las calles de esta población y hablándolo con mi socio Alfonso, a los dos nos entró un monazo tremendo de chino, japo, asiático o algo del estilo y ambos coincidimos en que si estuvieramos mas cerca del Ruyi, no lo perdonaríamos, pero era mas bien tarde y esto se nos hacía muy cuesta arriba, además de que el hambre apretaba. ¿La mejor opción? Pues rápidamente me vino a la cabeza un sitio donde alguna vez que otra he comido con ilustres ilicitanos (algunos de adopción) como Cabrera Luengo, Carolus Cocina o Félix Cardona, el Restaurante YAHO, ubicado cerquita de una rotonda y al lado de un Aldi, con lo cual el aparcar se hace bastante fácil

La verdad es que no hay mucho que destacar ya que esta decorado muy recargado con suelo y paredes de madera, alguna fuente de corte Zen y cortinas de bolitas. También comentar que si eres una persona de cierto tamaño, la mesa te va a resultar algo incómoda ya que tiene una listón inferior de madera que hace que las piernas no entren del todo bien y que no acabes de comer totalmente cómodo (ya digo que si uno es mas bien de corte grande). Normalmente pedimos menú del día de 9,95€ (con opción de sushi por 15,95€) pero el que tenía justamente ese no nos acabó de convencer y ojeando la carta vimos uno para 2 personas valorado en 29,95€ (iva siempre incluido) que contenía algún plato mas y nos decantamos por él. Adicionalmente al menú también pedimos 2 sopas tom-yam que a mi personalmente me tienen enganchado. No lo sabía, pero es una sopa típica thailandesa que se hace con leche de coco y es algo picante. En este caso, la hacen con gambita y le incorporan piña también. Yo siempre que voy la pido pero como Alfonso no la había probado, quise pedirla adrede. 

Sopa tom-yam, ensalda, pincho mongol y empenadillas

Y de esta forma dio comienzo el menú, con la sopa tom-yam: Calentita (genial porque el día estaba algo nublado), dulce, picante, con toques de jengibre, dulzor de la piña… como digo, una pasada (es tan adictiva que ya he aprendido a hacerla no tardaré y colgar la receta en el blog). Mientras nos terminábamos la sopa llegaron a la mesa al mismo tiempo un gran bol de ensalada de la casa con surimi, atún, huevo, tomate, zanahoria y que como particularidad tenía que su aliño, en vez de ser la típica salsa blanca china, le había añadido también un poquito de mostaza, lo que le daba un punto extra y original a la misma. También llegó a la mesa con la ensalada un plato de madera con 2 pinchos de ternera estilo mongol. La carne estaba especiada y caramelizada, de sabor buenísima pero terriblemente dura y desagradable a la hora de moder (Esa sensación de que se te quedan trocitos en los dientes constantemente? Pues eso), además, al tener mas comida en la mesa cuando nos los empezamos a comer estaban algo fríos. Todavía estábamos con los pinchos cuando llegó una recipiente vaporera con 4 empanadillas dentro de estilo Dim-Sum acompañadas de soja y salsa agripicante (en la foto solo quedaba 1 ya). Estaban bastante buenas, lo que pasa es que quizá yo no sea el mas indicado para valorarlas ya que este es un producto que puedes encontrar (y que suelo comprar) en los supermercados chinos, que solo necesitan sacar del envase y vapor, por lo que quizá les otorgo poco peso gastronómicamente hablando.

Ternera asada, Fideos chinos, Pato estilo beijing, platano y helado frito, ticket

A continuación nos sirvieron pato estilo beijing (lo que ponía en el menú) con tortitas muy muy finas, sticks de cebolla y pepino, salsa hoi-sin y una cantidad ajustadita para 2 personas de pato crocante. Bueno, calidad normalita, sin mas (ni menos). Cuando retiraron la bandeja del pato nos trajeron unos fideos con pollo, huevo y verduras, que también estaban ricos pero bastante normalitos y un plato rollo tie-pan al rojo donde primero y delante de nosotros, incorporaron un poquito de soja, trozos de cebolla y luego ajos tiernos y ternera con alguna verdura mas. Este plato tenía un sabor intenso y estaba rico. Estábamos bastante llenos pero el dulce es el dulce y en el menú entraban los postres (también 2 bebidas) así que pedimos helado frito (que no sale en la foto) y plátano frito, ambos con miel. Un clásico y típico en estos establecimientos. Con una cocacola adicional para no dormirnos en el camino de vuelta pedimos la cuenta, cuyo total sumó 39,30€. Me gustaría probar nuevos sitios de este estilo en Elx, pero si coincide que tengo que volver a comer allí, pues repetiría sin problemas 😉

La Mary Restaurante en Alicante

Visita ayer al nuevo local de la calle Castaños La Mary Restaurant Alicante. Agradecer antes que nada a su equipo gerente la amable invitación que tuvieron con nosotros y el trato cordial que nos dispensaron en todo momento. Debo decir que este establecimiento es una franquicia, pero si pensamos en él como tal, quizás nos estemos equivocando ya que tanto en decoración como en ubicación y sobre todo en carta, realmente uno cuando está allí no piensa en las características colaterales de una franquicia dígase ‘paquetizado’ o ‘envasado y manufacturado’. No digo que no se trabaje así, sino que al menos ayer, a mi no me transmitió esa sensación. Nos comentaron que tienen local en Murcia y que también están trabajando en 7-8 grandes ciudades de España.

Una vez en mesa podíamos pedir 2 entrantes, un plato principal y un postre. Para beber pedimos 3 cervezas y nos sirvieron Estrella de Levante, que es con la única que trabajan. La carta es variada sin ser excesiva y lo que mas llama la atención es que el precio medio de los platos está pensado y adaptado a nuestra realidad económica actual, y no solo la carta, también manejan un menú de diario (solo mediodía) establecido en 9,95€ iva incluido y que permite elección entre 7-8 referencias de primero, segundo y postre.

Los 3 miembros de la mesa pedimos un carpaccio de ternera con parmesano y rúcula (7,90€) que estaba bastante bueno, un tataki de atún con salsa de mango y aguacate que llego a mesa a temperatura optima y cuya relación calidad-precio en carta estaba bastante ajustada (9,95€) y también fuimos obsequiados por parte de Gustavo Mira (el gerente) con unas tiras de pollo con salsa de ajo y tikka-masala (6.45€) que nos comentó que eran unos de los platos con mas tirada de la casa. Estaban muy ricas ciertamente. Como plato principal mis compañeros tomaron fideos estilo yakisoba con secreto ibérico y verdura (8.95€) que para mi gusto estaban un pelín dulces y demasiado cocidos y yo tomé un risotto de ceps y parmesano (8,50€) que fue bastante abundante y muy correcto de sabor. Los tempos de todos los platos en mesa fueron perfectos y no hubo esperas largas y eso que era el primer día y la sala empezaba a ponerse a tope.

Local y entrantes

En cuanto a los postres pedimos chocolate por un tubo desde luego: Copa para fanáticos del chocolate (4,50€) con mogollón de chocolates en diversas texturas y helado de chocolate blanco, un coulant de chocolate con crema inglesa (4.25€) y un Tim Baon que es un plato con una base de chocolate, helado de turrón y crema catalana caramelizada por encima (4.30€)… ¡Menudo choco-festival! Un té adicional (solo yo) y nos despedimos del local dando las gracias y prometiendo volver a visitarlo porque tanto por precio como por propuesta, creo que merece la pena. Como he dicho al principio, fuimos invitados pero si hacéis los cálculos veréis que nuestro tiquet medio a la carta fue de 22/23€, un importe muy correcto.

Principales y postres