Archivo del sitio
Gema Penalva RestOBar en Alicante (Nueva visita)
Publicado por Oskar García
Se trataba de una celebración especial y como tal, merecía un sitio especial y con de garantía de éxito, así que desde el principio lo tuve claro y nos pusimos en manos de Gema Penalva y su maravilloso equipo en el Rest-o-Bar de la mutilada Plaza Balmis. ¿Qué íbamos a cenar? Ni idea. Hablé con Gema en días previos y le dije que le diera barra libre a su creatividad, porque si hay algo de lo que puedes estar tranquilo es que poniéndote en sus manos, haga lo que haga, vas a comer de forma sensacional, así que nos dispusimos simple y llanamente para disfrutar de la noche.
Javi, como siempre, atentísimo en sala, nos trajo unas aceitunas muy bien aliñadas y unos cócteles con base de vermouth para hacer la espera más agradable y nos sugirió la posibilidad de elegir algún vino concreto o dejarnos llevar por un maridaje en cada plato que más o menos ya tenía barruntado y que sonaba la mar de tentador, así que fue dicho y hecho, porque en su excelente criterio para la elección de vinos, también es muy fácil confiar. Esto prometía.
El espectáculo gastronómico se inició con foie caramelizado sobre pan de brioche casero de mantequilla y pasas: Absolutamente delicioso. La combinación de sabores única, la mantequilla, el dulzor de las pasas con el caramelizado del foie, la untuosidad del mismo con su sabor característico junto al brioche como complemento esponjoso y a la par tostadito fue sensacional. Mucho más si le sumamos que como maridaje Javi nos propuso un vino de hielo nacional, concretamente D.O Calatayud, Baltasar Gracián, vino con un intenso aroma a frutas exóticas, de dulzura ajustada y delicada acidez. Suave y muy agradable de beber.
Continuamos con dos kits de supervivencia ‘croquetera’. Por un lado, las genuinas e identificables ‘niñas de mis ojos’ que son unas croquetas de huevo como te las haría tu madre sobre mahonesa casera, con un sabor increíble que te transporta a la niñez y seguro que a los momentos más agradables que hayas pasado en la cocina con tus padres. Cremosidad, sabor identificable, fritura perfecta, nada aceitosa, tamaño acertado, apetecibles siempre. Brutales. También llegaron a la mesa unas croquetas de bacon sobre puré de níspero (el níspero acompañó muchos de los platos y fue otro detallazo y guiño de la cocina ya que el níspero fue la excusa con la que yo pude conocer a Gema allá por el 2009/10). Estas croquetas iban rebozadas en panko, el pan rallado japonés, y también estaban buenísimas, con el característico sabor ahumando de la panceta y el dulzor complementario que le aportaba el níspero. Sensacionales. Las croquetas (ambas) fueron maridadas en esta ocasión con Enate Rosado Cabernet Saugvinon del Somontano. Otro acierto, y además, muy original, ya que me comentaron que la Cabernet no es una uva que se utilice para los rosados. Muy afrutado y equilibrado, nos gustó tanto que con el maridamos algunos platos adicionales, como el siguiente, una coca (con masa estilo a la de mollitas) con escalibada y anchoa. Excelente. Lo que más nos gustó de este plato, al margen de la textura de la coca, con la suficiente consistencia para mantener la firmeza pero la suficiente ligereza para deshacerse en la boca, fue el pronunciado sabor a comino que las verduras tenían pues nos encanta. La carnosidad de la anchoa fue punto y aparte. Ni una espina y una salinidad perfecta para mi gusto, nada excesiva y muy agradable.
Junto con la clásica media hogaza casera tostada y su alioli + tomate rallado llegó a la mesa un nuevo plato que seguimos maridando con el Enate: Ensalada de rulo de cabra caramelizado con níspero de Callosa d’en Sarrià y dátiles ilicitanos. Con un fantástico aliño, nos aportó una refrescante pausa jugosa, dulce y semiácida.
La siguiente propuesta que llego a mesa fue un original ‘abisinio’ (huevo cocido y rebozado de la montaña alicantina) pero que se había innovado dejándolo en textura poché, infiltrándolo de níspero y trufa (aún me pregunto cómo) y acompañándolo de un puré de patata y trufa con un salteado de distintas setas: Espléndido. Un plato para repetir una y mil veces y no cansarse nunca. Juego de texturas, de temperaturas, de sabores… una pasada. Este prodigioso plato lo maridamos con una interesante propuesta tinta y gallega llamada Lagariza D.O Ribeira Sacra 100% de uva mencia (otra originalidad que no solemos pedir). Intenso, carnoso, algo afrutado pero también astringente en su parte final. Un vino interesante que agradecimos poder conocer.
Llegaron los principales. Lo primero fue un inmenso bacalao sobre puré de níspero y gajos de patatas de rio absolutamente alucinante. Este plato ya lo hacía Gema en su etapa como cocinara del Llum de Mar en el Villa Venecia de Benidorm y lo presentó también en una de las Mostras de Cuina del Nyespro de Callosa a petición popular. Poco que decir: Una enorme porción, el punto del pescado perfecto, lascas que se desmembraban de forma delicada y un contraste de sabores digno de los paladares más exigentes. No lo pregunté, pero no me sorprendería que por la calidad que tenía, el bacalao fuera de la variedad “Skrei” de origen noruego que destaca por la firmeza y el aspecto de su carne más blanca y con un brillo característico. Realmente sublime. El vino que tomamos con este plato fue de nuevo el Lagariza.
Con el cartel de “ya no puedo comer más” colgado, llegó el plato final en forma de secreto ibérico sobre morcilla y coca de pastor. Es una pena porque estábamos llenos, luchando casi por respirar y dejando un mínimo hueco para poder tomar postre, por lo que no degustamos este plato en la dimensión que merecería. La carne estaba en su punto, bien crocante y tostadita, jugosa y muy sabrosa. La morcilla ídem. Lo mejor de este plato yo diría que fue descubrir gracias a Javi un nuevo vino sensacional, monovarietal de garnacha tintorera, espectacular, tremendo, además, con D.O. Almansa y para rizarlo, de viñas muy viejas: Cavalls. Sedoso y mineral me sorprendió mucho que en su final dejaba finas notas a ahumado. Como digo, una gran referencia y que cuyo precio de coste me comentaron que se mueve en un precio inferior a los 7€.
¿Postres? ¡Madre mía! Espuma de natillas con una base de plátano caramelizado, delicioso, un cremoso de mascarpone y chocolate, absolutamente espectacular y adictivo y migas de brownie con helado de chocolate, tremendo. A todo ello se sumó un refrescante sorbete de manzana verde y el conjunto de postres fue regado con un dulce alicantino cristal·li que de poca descripción precisa ya que es archiconocido por su calidad. Mención aparte merece el detallazo que tuvieron conmigo en forma de improvisada tarta con mensaje de chocolate y coco que vino con banda sonora incluida…. ¡Mola, muchísimas gracias chic@s!.
El precio de este festín fue en total de 105€ (35€/pax), que tal y como diría Don Pep Blanes, inventor del concepto, me deja como sensación una RCP (Relación Calidad Precio) de las mejores que he encontrado. En fin, una velada fantástica con una agradable sobremesa que nos llevó de las 21:15h hasta las 02:00h casi sin darnos ni cuenta, y es que cuando uno está a gusto y se siente como en casa, el tiempo se le escurre entre los dedos 😉
Publicado en COMER, BEBER Y AMAR, VISITE NUESTRO BAR
Etiquetas: alicante, gema penalva, javi, maridaje, penalva, plaza balmis, restobar, vino
Crónica de una vida anunciada
Publicado por Oskar García
¿El día? Es lo menos importante de esta historia, pero el mes fue abril, ese de las aguas mil, ese que le robaron a Sabina, ese, el que la recibió al calor de la luz de un nuevo día y que la acogió con un enorme abrazo. Un nuevo latido de vida se unía a la algarabía del barrio, pero la vida nunca es fácil, y en su caso, nunca lo fue. Un latido pequeño pero atronador, ínfimo pero constante, difuso pero aguerrido le estaba diciendo al mundo que ella ya estaba allí, y que no se iba a rendir fácilmente.
Misión nada sencilla la que tenía por delante: Nada más y nada menos que vivir. Vivir como cualquier otra persona de su entorno, como cualquier otra niña de su edad, respirar, sentir, crecer y en definitiva dejar que el tiempo la fuera guiando por la senda de la experiencia. Pero no, no iba a ser tan fácil, ella tendría que demostrar que quería vivir más que nadie, y afortunadamente, así lo hizo. Artificios, escayolas, aparatos, prótesis, terapias y esperanzas corto-placistas por parte de aquellos que vestían una bata blanca y disponían de una verdad indiscutible, intachable y avalada por años, sesgaron con su finísimo bisturí y de un corte limpio y preciso las esperanzas de unos padres ilusionados y de una niña que todavía no alcanzaba a comprender que su futuro se presentaba ya diagnosticado, prescrito, anticipado y carente de tratamiento paliativo.
Tuvo que pelear duro por el regalo de la vida, y lo hizo, pero lo que no sabía es que esa vida, nos la iba a regalar ella a todo aquel y aquella que décadas después hemos tenido el privilegio de conocerla y de que se haya cruzado en nuestro camino. ¿Una declaración de amor? Si, la suya, porque es natural y constante y que uno percibe cuando intercambia palabras, gestos y complicidad con ella. “Me caso con la vida” la oigo decir a menudo, “Soy muy afortunada” repite con asertiva alegría y complacencia. Lo siento mucho amiga, pero te equivocas, no sueles hacerlo porque tienes un don claro y meridiano, pero esta vez lo has hecho: Te casaste con la vida el día que naciste, la atrapaste, la hiciste tuya, te aferraste con tantísima fuerza que fue imposible hacerte desistir de tu voluntad y deseo, lo intentaron, pero no lo consiguieron, por fortuna y para alegría de los que los que somos los verdaderos afortunados de esta historia, aquellos que hemos tenido el privilegio de poder conocerte y contar con tu amistad.
Como bien que esto es un intento de post gastronómico y de un ‘casamiento’ se trataba, el pasado 10 de mayo la protagonista de nuestra historia decidió celebrar en el conocido Mauro & Sensai un banquete para hacer patente su compromiso vital, pero si habéis leído los párrafos iniciales, os habréis dado cuenta que aquí la cita gastronómica fue lo de menos, porque con una generosidad como la demostrada y un trasfondo como el citado, lo que cenamos aquella noche a todos nos pareció una delicia, pero por petición expresa de nuestra intrépida actriz principal (y que yo respeto ante todo) os diré que nos recibieron en mesa con unas chips de yuca recién fritas, con una selección de panes de distinta índole tipo suizos, semillas de amapola, cebolla, etc… y que el personal de sala, atento y predispuesto, nos iba rellenando paulatinamente la copa con los dos vinos que el menú pactado contemplaban: Un tinto crianza de Rioja y un Blanco Chardonnay, ambos sin especificar y que resultaron correctos. El desfile de sólidos empezó con un pequeño biscote de apariencia artesanal (que sería repetido en platos posteriores) que acompañaba una ensaladilla, en este caso de estilo salsa rosa y marisco con huevas de lumpo. Tras ella y en la misma tosta, confitura de tomate y foie al romero. Textura gelatinosa y sabor delicado. Acto seguido hicieron presencia en mesa un kit de croquetas: De Cocido, también llamadas de la yaya y de Boletus. Ambas muy muy ricas y especialmente destacables las de cocido que causaron furor. ¿Ensaladilla y Croquetas? Creo que a estas alturas ya no puede quedar mas claro quién es la titular de esta pequeña crónica. Continuamos con una ensalada con croutons, pollo crujiente, mezclum de lechugas y aliño de mostaza. Tras la ensalada, una buena pieza de queso de cabra gratinado, acompañado por los biscotes y en este caso, con una cúpula de confitura de calabaza muy rica, acertada en el nivel de dulzor y sin un excesivo y pronunciado sabor a la hortaliza en sí. Tras los entrantes, en los que había cantidad de sobra y se podía repetir, llegaron a la mesa los platos fuertes: Codillo ibérico glaseado al vino viejo con patata horneada, que fue lo que yo tomé y que me pareció abundante y excelente, sin duda la mejor propuesta de la noche, y también un bacalao confitado a baja temperatura y jamón tostado. Este no lo probé pero tenía un aspecto exquisito, se deshacía en lascas y los compañeros de mesa comentaron que fue espectacular. Con el estómago a punto de decir basta pero con un pequeño hueco en espera del postre, terminó la cena con unos platitos surtidos con algo llamado Sushi dulce, industrial y prescindible totalmente, brochetas de fruta variada (que yo no probé) y porciones tipo bocadito de brownie (sensacionales). Unas copas de cava sirvieron para escuchar a la homenajeada y dedicarle un merecido aplauso.
Conchi lloró hace muchos años un mes de abril. Lo hizo desde el mismo día que abrió los ojos. Lloró de rabia, de impotencia, con ganas y coraje, pero también con esperanza, con la esperanza y convicción de que una parte de todo aquello que somos capaces de dar a los demás, nos es devuelto. Ahora ella llora, pero lo hace de alegría, con ese humor que la caracteriza, y lo hace porque no solo le ha ganado la apuesta al destino, además, se la ha doblado, y el destino, se ha quedado sin cartas, porque seguramente iba de farol. Gracias Conchi, por TODO, un todo que probablemente englobe un ‘casi NADA’, porque es imposible devolverte un ínfima fracción de lo que tus nos has dado, nos das y nos seguirás dando durante muchísimos años mas, porque no olvides, que lo tuyo fue la crónica de una VIDA anunciada. Te queremos.
Publicado en COMER, BEBER Y AMAR, VISITE NUESTRO BAR
Restaurante chino chino en Alicante (III)
Publicado por Oskar García
¡Y tan chino! Ubicado en la C/Pintor Aparicio, me lo habían vendido como el ‘Ruyi killer’ pero nada mas lejos de la realidad, si bien hay que otorgarles algunos detalles que están bien y que Ruyi podría copiar. Decía lo de ¡y tan chino’! porque ni el nombre está en español, tan solo pone ‘Restaurante Chino’. Luego, preguntando a la camarera por las letras del alfabeto chino que componían el nombre me comentó que el significado era «el mono que desde su rama lanza maracuyás*«. Pues que alegría, con un nombre tan original 3 comensales occidentales nos dispusimos a cenar.
Pedimos 3 cervezas y al ojear la carta me gustó el detalle de que los platos estuvieran acompañados de una foto ya que a la gente que no está familiarizada con este tipo de Restaurantes, les ayuda a tomar la decisión de que tomar sin tener que preguntar demasiado. También me gustó el detalle de que los precios estuvieran puestos por volumen de ración, siendo la mas pequeña suficiente para que cenáramos los tres. En fin, que como se trataba de probar si realmente era igual de bueno o mejor que el Ruyi, lo que hicimos fue pedir platos que ya habíamos probado allí y así poder comparar con todas las garantías.
Lo primero que nos trajeron fue Nian Gao o Pasta de arroz glutinoso. Como he comentado, todo en ración pequeña pero estas resultaron abundantes. La pasta de arroz acompañada de verduras estaba bastante buena, sabrosa, bien de verduras pero bastante menos rica que la del Ruyi.
Seguidamente nos sirvieron las empanadillas chinas que en Ruyi son una institución pero aquí se quedan muy cortas. Desde la salsa que estaba muy pasable hasta las mismas empanadillas que tenían una textura atípica ya que estábamos acostumbrados a que fueran por un lado vaporizadas y por otro tostadas (riquísimas) sin embargo aquí ni estaban cocidas ni tampoco fritas, como digo, una textura difusa. No digo que estuvieran malas, no estaban mal, pero otro plato que perdía por goleada si lo comparábamos con sus vecinos de la calle de al lado.
También nos pusieron en mesa los otros 2 platos que completaban nuestro pedido. Por un lado, unos ‘insulsos’ tallarines de boniato con gamba que como cantidad bien, pero como sabor fatal. No sabían a nada y se salvaban la soja y demás verdura que lo acompañaba. La verdad, fue un poco decepcionante. Y por otro, una ternera a la plancha que fue presentada en una típica plancha de hierro al rojo rollo ‘tie-pan’ y que, por desgracia, nos recordó a todos al típico plato del estilo que sirven en un chino de los clásicos del rollito y la salsa agridulce. Estaba rico pero la experiencia gastronómica no iba mas allá un sabor correcto y gustativamente familiar (y la verdad no es lo que esperas cuando buscas comida china china de verdad). En fin, al igual que en Ruyi no hay postres y mientras pedíamos una botella grande de agua nos obsequiaron con un platito de lichys de un tamaño grandecito, que a los que les gusta la fruta comentaron que estaban bastante bien.
¿Lo mejor? Lo que he comentado de las fotos en los platos y sin duda el precio: 28€ en total para las 3 personas. Como puntos negativos aparte de lo comentado sobre la comida, decir también que en medio del salón había una supertele con la que debía ser el equivalente de la Niña Pastori china cantando y por otro lado, en la mesa contigua, unos niños chinos se habían sentado a jugar a una especie de videoconsola de la que no levantaban la cabeza y que estaba a todo volúmen. Igual allí esto es normal, aquí me parece que son cosas a tener en cuenta, y no me valen excusas de cultura versus educación.
Os dejo por último una galería de imágenes con la carta completa y por cierto *supongo que a estas alturas ya os habréis percatado que lo del ‘mono que desde su rama lanza maracuyás’ solo es un producto de mi mente enfermiza y febril jeje 😀
El pase de diapositivas requiere JavaScript.
Publicado en COMER, BEBER Y AMAR, VISITE NUESTRO BAR
Etiquetas: alicante, auténtico, chino chino, Original