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La Seu de Dénia o de como los detalles y los gestos importan
Publicado por Oskar García
Dénia estaba preciosa. Magnífica. Calurosa pero intensa. Tranquila pero con un sublime bullicio de fondo. Eran fiestas, no lo sabíamos. Fue en esta sugerente localidad alicantina y mediterránea un domingo de julio que aparecimos en formato familiar mis suegros, mis cuñados, sobrino, mujer e hijo para pasar un día diferente, de celebración y disfrute. ¿Nuestro destino? La calle Loreto y uno de sus templos gastronómicos mas reconocibles: La Seu. Mis suegros querían invitarnos a comer y habían sido previsores, reservando y encargando un menú de mediodía de los que tan bien habíamos oído hablar y que tenía un precio más que atractivo: 22€ (bebidas a parte).
Con la agradable y fascinante misión pues que teníamos por delante, nos adentramos por esta céntrica calle peatonal, que seguramente, hacía demasiado tiempo que no visitaba y pude comprobar como gastronómicamente, estaba mas viva y apetecible que nunca. Como teníamos tiempo, nos dejamos llevar un poco en ella y parar para tomar una cervecita previa, estimular el apetito y refrescarnos bajo una delicada sombra de las intensas temperaturas. Muchísimos locales con ofertas la mar de atractivas y unos menús del día realmente tentadores a unos precios arrebatadores que me dejaron un poco sorprendido ya que prácticamente en la misma ubicación, locales como Els Tomassets tenían un menú con numerosos entrantes y un caldero meloso de cigala y sepia por 16€. Lo mismo ocurría en el Ca Pepa Teresa, en este caso a 20€. La cerveza la terminamos tomando en el tradicional y añejo Miguel Juan, donde por cierto, me dio la impresión que batían el ‘record’ de la mejor propuesta de menú con entrantes clásicos pero siempre eficaces como mejillones o calamares, pero un más que interesante plato principal de arroz meloso con pato y setas, todo ello por 14€. Desde luego, la propuesta era más que tentadora y las diferencias económicas también. ¿Que ocurre en esta calle sabiendo además que la mayoría de locales que he mencionado hasta el momento comparten la misma familia gestora? Me imagino que es la ley de dar cumplida oferta a todos los bolsillos y apetencias, es posible.
Igual pensáis que me desvío demasiado del hilo principal, pero no lo hago, a veces si, pero en este caso este prólogo responde a sentar las bases para que entendáis el porqué de lo que cuento a continuación. Nada mas llegamos a La Seu nos encontramos una sorpresa en su puerta, concretamente en la pizarra que anunciaba el menú del día ya que este indicaba que el precio eran 25€… ¿25€? -Que raro, comentamos, si hemos cerrado la reserva y la hemos confirmado a 22€. Bueno, pues como preguntando es como uno no se equivoca, entramos a este espectacular local para confirmar la reserva y de paso corroborar que esta, efectuada con 5 días de antelación, se ajustaba a lo hablado y pactado por teléfono: Pues no. Y a raíz de esa primera contestación se generaron 4 momentos dignos de mención que como titulo en este post, hacen que los detalles y los gestos importen, mucho.
En el momento de preguntar inicialmente, una amable empleada nos confirma la reserva y ante el comentario: -Una cosa, yo he confirmado telefónicamente un menú de mediodía al precio de 22€ pero en la entrada veo que lo tenéis a 25€… me respetaréis el precio ¿no?. o bien no supo como reaccionar o bien se quedó en fuera de juego porque en ese momento se generaron 4 situaciones que, para mi, no son nada propias de un restaurante como este:
1) …pues no, es que hoy son fiestas y es el precio que tiene | Fantástico….»Hoy es fiesta«. ¿Y? ¿Yo que quiere que le haga? Ante la cara de sorpresa llego el momento 2.
2) ...ahhhh, es que estamos avisando a todas las personas por teléfono | Vaya y el mio justo se debe haber traspapelado porque a mi no me ha llamado nadie. La cara de circunstancias y la insistencia llevó a la situación 3 y a «un momento que aviso a la encargada«.
3) …hola, si si, esto es porque hoy el menú incluye gamba | ¿Ah si? ¿Pero en qué quedamos? ¿Son fiestas o las gambas? Yo pienso que ninguna de las 2 y lo digo con conocimiento de causa porque he visto bastantes días en la web de este restaurante sus menús de mediodía y en muchas ocasiones han incorporado gamba/cigala y estos han sido expuestos tanto a 18€ como a 22€. Claro, que la respuesta 4 es la que acabo de romperme todos los esquemas…
4) …bueno, pues les quito las gambas y les dejo el menú a 22€ | ¡Toma ya! Yo en ese momento hubiera devuelto cortesmente un ‘muchísimas gracias’ el y hubiera desfilado en busca de un caldero meloso de pato y setas, pero aquí quienes decidían eran mis suegros y bien por la hora, bien porque ya estábamos allí o bien porque son buenas personas y muy formales, nos quedamos allí.
Aclarar dos cosas, pues me parece conveniente: Toda esta conversación se desarrollo en un tono cordial, buenas caras y atención por parte de la responsable del establecimiento, que es una chica muy amable. Sin alteraciones, simplemente intentando entender que estaba pasando. También, comentar que desde el inicio y como os podéis imaginar, los 3€ no suponían ningún drama, ni ningún problema. No. Jamás. Nunca podrían determinar el sentido de una comida, esta claro. Lo que si lo determina son estos detalles, estos gestos y que no se respete lo que uno acuerda. Eso sí que me parece llamativo ya sean 20€ o 0,50 cent. La seriedad y rigurosidad, para mi, si cuentan y marcan las diferencias. En fin, si todavía no os habéis cansado de leer, comentaros que queda aún queda un ‘quinto’ momento.
Superada esta primera (y poco positiva) impresión nos adentramos en esta espectacular infraestructura, mezcla de tradición y modernidad y que como punto mas llamativo, a mano izquierda tiene como una especie de simulación de pared de hielo (me recuerda mucho al muro de hielo de Game of Thrones), a mano derecha una amplia y visible cocina, lo cual siempre es un gran detalle y en la parte mas al fondo dispone de un comedor a modo de reservado, que respeta y deja al descubierto los antiguos muros de carga de la casa tradicional. Otros detalles estéticos a destacar son sus dos plantas superiores, ascensor interno de cristal y techo ídem que permite inundar la estancia con una agradable luz natural.
Una vez sentados y amablemente atendidos, nos dejaron un papelito con lo que iba a ser el menú del día donde aparte de los fijos, debíamos elegir un arroz a mesa cerrada. Las opciones eran Caldero meloso de cigalas y sargo, arroz a banda y arroz con carne y setas. Yo hubiera elegido el caldero, pero la mesa votó a banda y a banda fue lo que pedimos. En esas estábamos cuando la encargada volvió a la mesa y protagonizó el 5º momento pues nos comentó que «da igual, os voy a servir el menú con las gambas y os lo cobro a 22€«. ……Bien. Un buen tanto sinceramente, pero a mi juicio este llegaba tarde pudiendo haberlo tenido cuando se mantuvo la conversación inicial. Detalles y gestos. Agradecidos pero… entiendo que es complicado darle la vuelta a la impresión inicial.
El menú se inició con pan y torrajo de ajo aceite. Unas bandejitas con 2 trozos de pan tostado por persona (no casero) donde uno de ellos llevaba una buena dosis de allioli que había sido marcado en plancha. Un pequeño mortero de tomate rallado con aceite también hizo acto de presencia junto al plan. Muy original lo del allioli ‘planchado’, estaba francamente rico.
Continuamos con un Cucurucho de boquerones con salmorejo. El nombre de este plato nos llamó la atención a todos, porque el ‘cucurucho’ ni estaba ni se le esperaba, a no ser que a una taza traslúcida ahora se le llame así. Aquí lo fundamental es que el salmorejo tenía una textura cremosa muy lograda, un sabor delicioso con el tomate como protagonista pero no copando todo el gusto, nada excesivo. Unos boquerones fritos y semi-rebozados coronaban el plato aunque en mi opinión, poco le aportaban.
Seguidamente llegaron a mesa 2 fuentes de Tataki de atún con mezclum de lechugas aliñadas y crudité de verduras. Cada fuente contenía 1 trocito para cada persona. Ciertamente rico. El aliño estaba algo picante, pero tal y como cabría esperar, no era un picante con tintes de wasabi, era mas bien una pimienta, que por cierto, combinaba francamente bien con los crudités, las lechugas y el atún en boca. La textura del atún no era la usual para un tataki y mas bien, lo que asemejaba era algo parecido a un carpaccio. Esto no tiene porqué ser malo, simplemente viene condicionado por el grosor de la pieza, y en este caso, eran delgaditas. Otra cosa que me llamó la atención fue el (no sé ni como definirlo) dichoso color tornasolado que me encuentro mas frecuentemente de lo que quisiera en las piezas de atún. Estoy hablando, por ejemplo, de esa película entre verdosa y multicolor que a veces puedes ver en la nevera de tu casa si te has olvidado unas lonchas de jamón serrano durante algún tiempo. ¿Alguien sabe con exactitud a que responde esto y que significa?. He buscado información pero no encuentro nada que explique con claridad a que se debe este fenómeno.
Tras el Tataki llegó la gamba (¿de la discordia?) hervida. 1 gamba por persona y la presentación francamente buena pues llegaron a la mesa en dos bandejitas de cristal con agua, hielo y limón. Ni un pero. Producto fresquísimo, rico, jugoso y por lo que me comentó mi cuñado (que es un sensor humano para el ácido bórico), estas llevaban el mínimo. Bravo.
No lo he comentado, pero para acompañar el menú pedimos algunas sin, cañas, aguas, cocacolas varias y también algunas copas sueltas de vino blanco, en este caso se nos sirvió directamente una referencia de Utiel-Requena llamada Las 2 Ces. La clásica macabeo de la zona pero con sauvignon blanc. Color amarillo brillante tirando a dorado, algo cítrico en gusto y aroma y fresquísimo en boca. El caluroso día era lo que pedía, algo facilón y agradable de beber.
A continuación llegó un cuenco pequeñito con el denominado Figatell de atún con berenjena a la brasa. Para comer de un bocado. El figatell bien, la salsita correcta y el minúsculo trocito de berenjena casi lo mejor ya que tenía un acertadísimo toque ahumado. (Se me olvidó la foto, lo siento).
El último de los entrantes fue sin duda el mejor: Huevo poché con salteado de setas y patata trufada. Delicioso. Tremendo. Buenísimo. Jugoso y sabroso. Sabor perfecto y temperatura también. Romper la yema, mezclarla con el puré y con las setas y llevártelos al unísono a la boca resultó un auténtico festival. Como digo, lo mejor del menú. Imagino que alguien estará pensando que estamos hablando de un plato demodé y muy manido pues se trata de huevo a baja temperatura, otro más. Si alguien opina así lo respeto, pero que sepa que se pierde un auténtico manjar que vence y convence todas las veces que haga falta.
Como yo estaba sentado al lado de la ventana de la cocina, sabía que el arrocito estaba a punto de llegar. Menuda cocina por cierto. Limpia, perfectamente organizada y un trabajo en equipo basado en puestos individuales perfectamente defendidos que estaban dando fantásticos resultados. Me gustó ver también alguna camisa con el bordado del CdT, sinónimo de garantía de buen hacer siempre. Y así fue, el arroz a banda, en este caso para 7 porque mi sobrino de 3 años comía del mismo, nos fue presentado. ¿Que puedo contar del arroz? Varias cosas: Sabor excelente, sin palitativos. Buen fondo y mejor sabor. Muy sabroso. La textura del grano tirando a durita o lo que decimos en esta zona ‘teset’ y que para mi gusto es la textura de grano ideal. Y por desgracia, decir por último otra cosa: Escaso. Si, muy poca cantidad. Me da rabia porque no hice una foto del mismo emplatado, porque además, el tamaño de los platos era el de un plato de entrante, no principal y de forma cuadrada. Muy poquito arroz y es una pena. Sírvase decir como detalle que mi sobrino de 3 años que come como un pajarito, repitió dos veces y es el único que pudo hacerlo. Con eso os hacéis una idea de, por una parte, lo rico que estaba y por otra lo limitado en cantidad del mismo. Si hablaramos de chuletón de vaca de trabajo lo entendería, si lo hacemos de añadir algún puñadito adicional de arroz no, lo siento, y mas sabiendo los márgenes de maniobra que se tiene en los mismos. El menú en líneas generales creo que pecó de lo mismo: de cantidades excesivamente ajustadas.
El capítulo postres agradó y sorprendió. Sin preguntar opciones, por un lado nos trajeron 3 platos con una pequeña porción de tarta de 3 chocolates con una textura riquísima muy cercana al mousse y por otro, 3 copas de crema de fruta de la pasión con una especie de mousse de frambuesa. Riquísimos ambos pero si tengo que quedarme con uno, lo haría con la copa sin duda por su contraste de cremosidad y esponjosidad junto con el contrapunto ácido y dulce al mismo tiempo.
No tomamos café ni infusiones para poder hacerlo continuando nuestra visita a Dénia y como veis en la foto, la cuenta ascendió a 183€ en total. Destacar que el precio por persona se fue hasta los 30,50€ y que el ‘platito’ de arroz de mi sobrino fue cobrado a 10€. Ahí lo dejo.
Fin de la comida: ¿Volveré alguna otra vez a La Seu? Quizás, pero si depende de mi, pasará muchísimo tiempo. He sido conocedor de todo el potencial que tiene esta agradable calle peatonal y quiero recorrérmela de arriba a abajo para poder ser partícipe en primera persona de las atractivas ofertas que las pizarras de los bares y restaurantes me mostraron y que estoy deseando degustar. Creo que este verano-otoño-invierno, mi familia y Miss Loreto tendremos más de una cita 😉
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Publicado en COMER, BEBER Y AMAR, VISITE NUESTRO BAR
Etiquetas: calle loreto, dénia, La seu dénia, restaurante, seu
La Mary Restaurante en Alicante
Publicado por Oskar García
Visita ayer al nuevo local de la calle Castaños La Mary Restaurant Alicante. Agradecer antes que nada a su equipo gerente la amable invitación que tuvieron con nosotros y el trato cordial que nos dispensaron en todo momento. Debo decir que este establecimiento es una franquicia, pero si pensamos en él como tal, quizás nos estemos equivocando ya que tanto en decoración como en ubicación y sobre todo en carta, realmente uno cuando está allí no piensa en las características colaterales de una franquicia dígase ‘paquetizado’ o ‘envasado y manufacturado’. No digo que no se trabaje así, sino que al menos ayer, a mi no me transmitió esa sensación. Nos comentaron que tienen local en Murcia y que también están trabajando en 7-8 grandes ciudades de España.
Una vez en mesa podíamos pedir 2 entrantes, un plato principal y un postre. Para beber pedimos 3 cervezas y nos sirvieron Estrella de Levante, que es con la única que trabajan. La carta es variada sin ser excesiva y lo que mas llama la atención es que el precio medio de los platos está pensado y adaptado a nuestra realidad económica actual, y no solo la carta, también manejan un menú de diario (solo mediodía) establecido en 9,95€ iva incluido y que permite elección entre 7-8 referencias de primero, segundo y postre.
Los 3 miembros de la mesa pedimos un carpaccio de ternera con parmesano y rúcula (7,90€) que estaba bastante bueno, un tataki de atún con salsa de mango y aguacate que llego a mesa a temperatura optima y cuya relación calidad-precio en carta estaba bastante ajustada (9,95€) y también fuimos obsequiados por parte de Gustavo Mira (el gerente) con unas tiras de pollo con salsa de ajo y tikka-masala (6.45€) que nos comentó que eran unos de los platos con mas tirada de la casa. Estaban muy ricas ciertamente. Como plato principal mis compañeros tomaron fideos estilo yakisoba con secreto ibérico y verdura (8.95€) que para mi gusto estaban un pelín dulces y demasiado cocidos y yo tomé un risotto de ceps y parmesano (8,50€) que fue bastante abundante y muy correcto de sabor. Los tempos de todos los platos en mesa fueron perfectos y no hubo esperas largas y eso que era el primer día y la sala empezaba a ponerse a tope.
En cuanto a los postres pedimos chocolate por un tubo desde luego: Copa para fanáticos del chocolate (4,50€) con mogollón de chocolates en diversas texturas y helado de chocolate blanco, un coulant de chocolate con crema inglesa (4.25€) y un Tim Baon que es un plato con una base de chocolate, helado de turrón y crema catalana caramelizada por encima (4.30€)… ¡Menudo choco-festival! Un té adicional (solo yo) y nos despedimos del local dando las gracias y prometiendo volver a visitarlo porque tanto por precio como por propuesta, creo que merece la pena. Como he dicho al principio, fuimos invitados pero si hacéis los cálculos veréis que nuestro tiquet medio a la carta fue de 22/23€, un importe muy correcto.
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Etiquetas: calle, castaños, franquicia, la, la mary, la mary alicante, mary, murcia, restaurante
XIII Encuentro Gastronómico Restaurante Alfonso Mira de Aspe
Publicado por Oskar García
He de decir que fue un auténtico placer poder formar parte del XIII Encuentro Gastronómico del Restaurante Alfonso Mira de Aspe en su jornada del sábado 8 de marzo. No hacen falta muchas excusas para acercarse a disfrutar de este evento y gozar de las manos de todos cocineros y amigos que Alfonso es capaz de congregar, y en mi caso, la excusa para acercarme este año fue la amable invitación que desde la organización me hicieron para participar en una nueva actividad que se incorporaba en las jornadas: Las sobremesas, unas mesas redondas para hablar abiertamente y tratar temas tan variopintos como el de la Comunicación como forma de Excelencia en la Gastronomía. Por si esto era poco, además contaba con el aliciente de estar acompañado por mis amigos Antonio Llorens, Félix Cardona y por la omnipresente y GastroRubia Garbancita, así que la jornada prometía emociones.
Llegamos sobre las 13:45h al Restaurante y enseguida recibimos las amables atenciones de Ana Pérez, la relaciones públicas del Restaurante y perfecta anfitriona. Mientras llegaba toda la gente (unos 170 comensales) la jornada comenzó en los exteriores de los salones con un espectacular showcooking a cargo de Alfonso Mira en forma de Arroz con Conejo y Caracoles. Aquí llego mi primera sorpresa ya que observé cómo se le incorporaba garbanzos y tiras de pimiento morrón a este arroz, cosa que yo no asociaba en absoluto. Claro, yo este arroz lo he comido en El Pinòs y no lo lleva. ¿El resultado? Pues correcto para ser un arroz para 30 raciones completas y que se sirvió a modo de aperitivo junto a otras pequeñas ambrosías y bocaditos.
Aproximadamente sobre las 15:00h pasamos a los salones y un cuarto de hora después, se nos presentó la jornada por parte de Teo Mira, el jefe de sala y subieron al escenario los 3 cocineros que protagonizarían el menú para que explicaran sus respectivas creaciones. Así pues, se dio paso a Alfonso Mira, Joaquín Baeza Rufete y el repostero Rubén Álvarez, que nos dieron pinceladas del excelente menú que nos esperaba, y cuyo coste estaba valorado en 37€, que incluía el aperitivo y refrescos inicial, menú de 6 platos, un prepostre, un postre y maridaje de vinos correspondiente con cafés y digestivos. Un precio barato para todo lo que se vivió allí.
Tras los cocineros, subió al escenario el sumiller David Doñate que nos habló de las peculiaridades de los vinos que íbamos a tomar, una selección que consistió en: Un Blanco Tarima con macabeo y moscatel, un Blanco espumoso de Dominio de la Vega, un Tinto crianza Tarima Hill con monastrell y para los postres, un Blanco dulce Casta Furtiva Lágrima de moscatel. Quedaba pues clara la apuesta por los caldos alicantinos, de lo cual me alegro muchísimo, pues como muchas veces comento, nos podemos dejar los complejos en casa cuando hablamos del vino de Alicante.
El inicio de la comida se fue a las 15:40h, si bien hay que decir que una vez iniciada esta los tempos fueron perfectos. Por fin empezaron a desfilar los platos y el primero fue una alcachofa al natural de Baeza Rufete con jamón vegetal, que eran hongos liofilizados que le aportaban los matices de sabor salado a la alcachofa. Un buen entrante al que como ‘pero’ le podríamos poner que estaba servido en un plato tan chulo que dificultaba un poco el uso del cuchillo y tenedor, pero por lo demás, muy rico.
Continuamos con una de las sensaciones de la jornada y que a todos nos pareció una creación soberbia: Un carpaccio de Alfonso Mira de manitas de cerdo con gamba de Santa Pola, praliné de piñones y aceite de boletus, sencillamente espectacular. Nos explicaron que las manitas se deshuesaban, se rellenaban con la gamba, se confitaban al vacio y se cortaba en finísimas lonchas que se acompañaba de piñones y del aceite de boletus. Las sensaciones en boca eran brutales y el sabor que dejaba el conjunto era único. Un plato que si no lo está, merece que se incorpore fijo en una carta.
Le siguió otro plato de Alfonso, una vieira asada con yema y su crema de patata y trufa. Un plato resultón y de sabor impecable en el que la crema era incorporada al plato una vez este había sido servido al comensal. La vieira con un punto de tueste reseñable y un agradable sabor tostado.
Continuamos con una creación de Joaquín Baeza con rollo trampantojo: Roca negra de bacalao con alioli de azafrán. Se nos recomendaba por parte del personal asistente en mesa que nos la comiéramos con la mano y experimentáramos las texturas. Y eso fue lo que hicimos y lo que encontramos fue que aquello que parecía una piedra de origen volcánico, era realmente un blandito buñuelo relleno de brandada de bacalao y patata. Rico de sabor, temperatura idónea y en definitiva, un experimento sabroso y divertido.
El plato que continuó pertenecía al porfolio de Alfonso Mira y fue un arroz meloso de verduras y lechola, que estaba procesada con clara de huevo y cocida en el propio caldo del arroz, lo que le daba un aspecto cercano a las clásicas croquetas alicantinas de bacalao y también recordaba, con sus diferencias claro, al sabor de esta debido al perejil, riquísima y muy jugosa. El arroz tenía un punto perfecto, yo quizás lo noté un pelín corto de sal, pero entiendo que esto es mas una virtud que un defecto, porque si te pasas no hay remedio. Mis compañeros de mesa lo encontraron correctísimo de sabor no obstante.
El último plato antes de dar paso al dulce fue de Baeza Rufete y consistió en costilla de Teruel deshuesada que había estado cocinándose 24h a 72º con un arnadí (calabaza y boniato asado) y un crujiente de pimienta de Sechuan, todo ello salseado con una melaza dulce. Otro plato sensacional que a mi juicio, de lo único que pecaba era de un poco de exceso de dulzor, pero el contraste de la costilla, el arnadí, el crujiente de pimienta y la salsa en boca era un placer. Algunos compañeros de mesa notaron la costilla algo seca, pero a mi no me lo pareció. Un gran conjunto con un aspecto magnífico y que sirvió de excelente preámbulo al prepostre.
Con los postres llegó la revolución y es que personalmente no conocía a Rubén Álvarez, del proyecto 33/35 para helados y chocolates de Novelda, pero si sigue haciendo cosas como la de este menú, difícilmente lo podré olvidar. Es un joven profesional pero lleva más de 18 años de bagaje internacional y ahora vuelve a su tierra y se convierte en profeta con méritos merecidos: Imaginación, creatividad, originalidad y sobre todo, mucha sencillez y humildad, y eso me gusta mucho. Su prepostre llamado POMA consistió en una crema de aguacate, cremoso de chocolate blanco y te verde, brotes de mostaza, sorbete de manzana verde, bastones de granny Smith e infusión en frio de tomillo. Brillante, atrevido, sabores perfectamente identificables, texturas memorables y el aguacate como hilo conductor de un conjunto sensacional. Yo temía que a priori, la infusión de tomillo se comiera todo el conjunto pero Garbancita ya me advirtió que si la infusión era fría, los aceites esenciales del tomillo no se liberaban al uso y el sabor sería notablemente mejor (vamos, ni zorra) y así fue. De verdad que fue algo significativo ver como después de haber pasado por 6 platos impecables, la mesa entera levantaba la cabeza del plato y se emocionaba sobre todo lo que este plato les transmitía.
Bien, pues si el prepostre fue una hemorragia de placer, el postre nos dejó ‘ojipláticos y atornasolados :D’ o para que todos nos entendamos: FLIPADOS. Se llamaba MANGO SPICE y consistía en un cremoso de mango con chocolate con leche formando una espiral, yogurt con jengibre, dados de mango avión (que vale 5/6€ la pieza y que se llama así porque madura de una forma especial en las bodegas de carga de los aviones, consiguiendo una textura gelatinosa natural), pesto de cilantro (¡toma ya!) y crema helada de lima… No puedo definirlo de otra forma: ALUCINANTE. Imaginad todos los elementos que acabo de citar en la boca y que ninguno impone su sabor más que otro, que no hay distorsión, que todos armonizan, que no hay desequilibrio, no hay elementos discordantes, que cada uno mantiene su textura y propiedades y que cuando definitivamente se funden y los paladeas en boca se consigue un sabor apasionante, espléndido, llamativo, sencilla y llanamente prodigioso. ¿Se nota que Rubén nos impresionó verdad? Pues me alegra decir que no fui el único y lo suyo fue un clamor, sin desmerecer por su puesto el pedazo de menú con el que sus dos precursores nos habían obsequiado. Cada uno en su especialidad, lo bordaron 😉
En fin, y entre cafés y charlas se nos hicieron las 18:00h y nos llamaron para subir al escenario y formar parte de la mesa redonda: Los medios y su influencia en la excelencia de la gastronomía. Fue casi mas una charla distendida entre buenos amigos (aunque algunos nos acabábamos de conocer en ese mismo instante) que un debate propiamente dicho. Garbancita Cristina hizo de moderadora y nos fue dando entrada sucesiva a los componentes de las misma: Antonio Crespo del CdT, David Doñate, Paco Bernabéu del Diario Información, Pedro López de La Verdad, Félix Cardona de la Gastroteca de Félix y servidor.
Muchos puntos en común, muchas reflexiones que aunaban conclusiones y yo personalmente me quedo con la cercanía y buena predisposición que los medios tradicionales demostraron hacia el 2.0 o el formato online, siempre si hablamos con unos parámetros mínimos de coherencia y respeto. Mucha pasión por la gastronomía en la mesa y mucho camino por hacer, pero lo importante es que ya se ha empezado a andar.
Y nada mas ni nada menos. Con un gintonic de rigor de naranja, freson y pink47, mas sobremesa y buenos amigos llegamos al final de una jornada muy agradable en la que se hace justo volver a reiterar mi agradecimiento a la organización por hacernos sentir tan especiales y tratarnos con tantísimo cariño. Gracias Ana, Teo y Alfonso y todo el equipo que hizo posible el evento ;).
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Etiquetas: Alfonso Mira, alicante, arroz, Aspe, Baeza Rufete, Encuentro Gastronómico, Jornadas, restaurante, Rubén Álvarez, Teo Mira


























