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Restaurante Casa Rural El Sequé de Pinós

Reconozco que mi flechazo por esta población del oeste de Alicante, enclavada en el Vinalopó medio y casi limítrofe con la Región de Murcia es ya largo. Todo este idilio empezó hace ya algunos años con una visita sorpresa que me preparó mi suegro a una bodega local ‘secreta’ a la que él todos los años ‘peregrina’ y que me dejó boquiabierto por muchas razones: Compramos productos a granel con una calidad EXTRAORDINARIA y un precio correctísimo (añejo con un punto de aguja, el vino de postre matusalén que a él tanto le gusta, fondillón y vermouth rojo). Por otra parte, la tierra, el paisaje, era precioso y de alguna forma un murmullo ‘insonoro’ me estaba diciendo al oído ‘tienes que volver y volverás’. Efectivamente, el susurro intangible tenía razón. Poco tiempo después y ya en mi etapa como Concejal de Promoción y Eventos del Excmo. Ajuntament de Callosa d’en Sarrià, pude organizar un par de viajes temáticos del vino por la zona y de esta forma conocer mucho más en profundidad El Pinós, intercambiar presentes (nuestro níspero y derivados) con la corporación local y adentrarme en su gastronomía con sitios tan fantásticos y acogedores como el Rest. Alfonso del amigo Javi, que si no conocéis, es una visita OBLIGADA para todo buen gastrónomo que se precie.

El Pinós

En esta ocasión, la convocatoria a la XIII Edición de la Mostra de Cuina nos sirvió de excusa para desplazarnos el sábado 23 de febrero a esta maravillosa localidad, pero sinceramente, la motivación o excusa estaba demás. Lee el resto de esta entrada

¿Diseño o Clientes? El caso Open Wok.

Llevo días dándole vueltas al tema, de verdad, y son bastantes y variopintas las explicaciones que se me ocurren, todas conjeturas mías por supuesto. Resulta que no hace demasiado tiempo, y ubicado en una de las principales vías y arteria de Benidorm, la Avda. Alfonso Puchades, cerraron un negocio Opencor y se apostó por la apertura de un restaurante estilo wok, pero de una forma más original y con una clara vocación de diseño moderno que rompiera las ideas preestablecidas, para ello encargaron el trabajo a Estudio Code, un estudio de diseño en interiorismo de Benidorm que tiene un porfolio de trabajos bastante interesante. El resultado, Open Wok, que como vereis  por las fotos, cumple con las expectativas fijadas inicialmente y rompe con la idea de lo que vemos a diario que es un wok (la gran mayoría, restaurantes chinos modificados y readaptados a esta moda actual de «»comida sana y natural»», que habría que entrecomillar muy mucho y creo que merece un post aparte) e incluso, podría postularse como un negocio franquiciado con vistas de crecimiento. Según comentan en su web, «este nuevo establecimiento pretende transformar el concepto de gastronomía asiática, conocido hasta el momento. Introduciendo productos de calidad, y tradicionales de gastronomía Asiática, y EspañolaSabor, aroma y calidad se aúnan para el placer de los paladares más exquisitos «.

En fin, todo estaba muy bien y según he oido (yo no he llegado a comer allí), la experiencia gastronómica no resulta mala y aunque de precio sea quizás un pelín mas elevada que comiendo en un «wok al uso», esta no es cara y vaya, uno está en un ambiente distinto y desde luego muy trabajado.

Pues bien, dicho todo esto yo os pregunto… ¿¿que ha podido ocurrir con este local (concepto) para que derrepente le haya aparecido en la fachada esto que veis en la foto??

Efectivamente, le han aparecido en la fachada las clásica y voluminosas letras de los restaurantes orientales al uso, que indican claramente a que se dedica el establecimiento de forma bastante estridente y que sin duda, se cargan de un plumazo cualquier intento de cambiar las cosas a través de la apuesta de diseño anteriormente comentada. Yo os pregunto… ¿Porqué se llega a este extremo?

Algunas respuestas a bote pronto:

  1. El diseño está muy bien, original y rompedor para este tipo de restaurante, pero por si mismo, no cumple con el objetivo de atraes clientes.
  2. Un restaurante vive de las visitas que recibe y es posible que, comparado con otros «woks», el volúmen de clientes que recibe el OpenWok no sea el esperado.
  3. Si esto fuera así, los responsables han terminado sucumbiendo a la tentación de poner letras gigantescas en la fachada para que la gente sepa que, en el fondo, el local es un WOK y no otra cosa que desde fuera no aparentaba.
  4. Y es precisamente el punto 3 el que me lleva a la conclusión más peligrosa porque entonces… ¿Ha cumplido el diseño del local con el objetivo que se le presuponía? Es decir, a parte de hacer agradable el sitio, hacerlo atractivo para los comensales y potenciales clientes que pasan por delante.

¡Ojo! No entro en la parte marketiniana del asunto que sin duda la tiene y serán varias la voces que se eleven con las clásicas proclamas sobre si la promoción, difusión, campañas, etc… que se han realizado sobre el negocio han sido las suficientes y las correctas. Dejo este aspecto al margen y me centro en lo que he intentado transmitiros, que básicamente viene a ser el poner sobre la mesa la motivaciones que pueden ir detras de terminar «muriendo» en una solución típica cuando desde inicio, tu apuesta había sido importante, contracorriente y bajo mi punto de vista, rompedora e innovadora en un sector tan cerrado y tematizado con el de los restaurantes chinos.