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En esta sección os iré contando aquellas experiencias gastronómicas que, por alguna buena razón, merezcan la pena ser compartidas, porque como dice mi madre: ‘en esta vida de todo se aprende’ ;)

Gema Penalva RestOBar en Alicante (Nueva visita)

Se trataba de una celebración especial y como tal, merecía un sitio especial y con de garantía de éxito, así que desde el principio lo tuve claro y nos pusimos en manos de Gema Penalva y su maravilloso equipo en el Rest-o-Bar de la mutilada Plaza Balmis. ¿Qué íbamos a cenar? Ni idea. Hablé con Gema en días previos y le dije que le diera barra libre a su creatividad, porque si hay algo de lo que puedes estar tranquilo es que poniéndote en sus manos, haga lo que haga, vas a comer de forma sensacional, así que nos dispusimos simple y llanamente para disfrutar de la noche.

Javi, como siempre, atentísimo en sala, nos trajo unas aceitunas muy bien aliñadas y unos cócteles con base de vermouth para hacer la espera más agradable y nos sugirió la posibilidad de elegir algún vino concreto o dejarnos llevar por un maridaje en cada plato que más o menos ya tenía barruntado y que sonaba la mar de tentador, así que fue dicho y hecho, porque en su excelente criterio para la elección de vinos, también es muy fácil confiar. Esto prometía.

El espectáculo gastronómico se inició con foie caramelizado sobre pan de brioche casero de mantequilla y pasas: Absolutamente delicioso. La combinación de sabores única, la mantequilla, el dulzor de las pasas con el caramelizado del foie, la untuosidad del mismo con su sabor característico junto al brioche como complemento esponjoso y a la par tostadito fue sensacional. Mucho más si le sumamos que como maridaje Javi nos propuso un vino de hielo nacional, concretamente D.O Calatayud, Baltasar Gracián, vino con un intenso aroma a frutas exóticas, de dulzura ajustada y delicada acidez. Suave y muy agradable de beber.

Foie, croquetas de huevo, croquetas de bacon y coca de escalivada

Continuamos con dos kits de supervivencia ‘croquetera’. Por un lado, las genuinas e identificables ‘niñas de mis ojos’ que son unas croquetas de huevo como te las haría tu madre sobre mahonesa casera, con un sabor increíble que te transporta a la niñez y seguro que a los momentos más agradables que hayas pasado en la cocina con tus padres. Cremosidad, sabor identificable, fritura perfecta, nada aceitosa, tamaño acertado, apetecibles siempre. Brutales. También llegaron a la mesa unas croquetas de bacon sobre puré de níspero (el níspero acompañó muchos de los platos y fue otro detallazo y guiño de la cocina ya que el níspero fue la excusa con la que yo pude conocer a Gema allá por el 2009/10). Estas croquetas iban rebozadas en panko, el pan rallado japonés, y también estaban buenísimas, con el característico sabor ahumando de la panceta y el dulzor complementario que le aportaba el níspero. Sensacionales. Las croquetas (ambas) fueron maridadas en esta ocasión con Enate Rosado Cabernet Saugvinon del Somontano. Otro acierto, y además, muy original, ya que me comentaron que la Cabernet no es una uva que se utilice para los rosados. Muy afrutado y equilibrado, nos gustó tanto que con el maridamos algunos platos adicionales, como el siguiente, una coca (con masa estilo a la de mollitas) con escalibada y anchoa. Excelente. Lo que más nos gustó de este plato, al margen de la textura de la coca, con la suficiente consistencia para mantener la firmeza pero la suficiente ligereza para deshacerse en la boca, fue el pronunciado sabor a comino que las verduras tenían pues nos encanta. La carnosidad de la anchoa fue punto y aparte. Ni una espina y una salinidad perfecta para mi gusto, nada excesiva y muy agradable.

Junto con la clásica media hogaza casera tostada y su alioli + tomate rallado llegó a la mesa un nuevo plato que seguimos maridando con el Enate: Ensalada de rulo de cabra caramelizado con níspero de Callosa d’en Sarrià y dátiles ilicitanos. Con un fantástico aliño, nos aportó una refrescante pausa jugosa, dulce y semiácida.

Hogaza, Ensalada, Abisinio, Bacalao y Secreto

La siguiente propuesta que llego a mesa fue un original ‘abisinio’ (huevo cocido y rebozado de la montaña alicantina) pero que se había innovado dejándolo en textura poché, infiltrándolo de níspero y trufa (aún me pregunto cómo) y acompañándolo de un puré de patata y trufa con un salteado de distintas setas: Espléndido. Un plato para repetir una y mil veces y no cansarse nunca. Juego de texturas, de temperaturas, de sabores… una pasada. Este prodigioso plato lo maridamos con una interesante propuesta tinta y gallega llamada Lagariza D.O Ribeira Sacra 100% de uva mencia (otra originalidad que no solemos pedir). Intenso, carnoso, algo afrutado pero también astringente en su parte final. Un vino interesante que agradecimos poder conocer.

Llegaron los principales. Lo primero fue un inmenso bacalao sobre puré de níspero y  gajos de patatas de rio absolutamente alucinante. Este plato ya lo hacía Gema en su etapa como cocinara del Llum de Mar en el Villa Venecia de Benidorm y lo presentó también en una de las Mostras de Cuina del Nyespro de Callosa a petición popular. Poco que decir: Una enorme porción, el punto del pescado perfecto, lascas que se desmembraban de forma delicada y un contraste de sabores digno de los paladares más exigentes. No lo pregunté, pero no me sorprendería que por la calidad que tenía, el bacalao fuera de la variedad “Skrei” de origen noruego que destaca por la firmeza y el aspecto de su carne más blanca y con un brillo característico. Realmente sublime. El vino que tomamos con este plato fue de nuevo el Lagariza.

Con el cartel de “ya no puedo comer más” colgado, llegó el plato final en forma de secreto ibérico sobre morcilla y coca de pastor. Es una pena porque estábamos llenos, luchando casi por respirar y dejando un mínimo hueco para poder tomar postre, por lo que no degustamos este plato en la dimensión que merecería. La carne estaba en su punto, bien crocante y tostadita, jugosa y muy sabrosa. La morcilla ídem. Lo mejor de este plato yo diría que fue descubrir gracias a Javi un nuevo vino sensacional, monovarietal de garnacha tintorera, espectacular, tremendo, además, con D.O. Almansa y para rizarlo, de viñas muy viejas: Cavalls. Sedoso y mineral me sorprendió mucho que en su final dejaba finas notas a ahumado. Como digo, una gran referencia y que cuyo precio de coste me comentaron que se mueve en un precio inferior a los 7€.

Baltasar Gracián, Lagariza, Enate Rosado y Cristal·li

¿Postres? ¡Madre mía! Espuma de natillas con una base de plátano caramelizado, delicioso, un cremoso de mascarpone y chocolate, absolutamente espectacular y adictivo y migas de brownie con helado de chocolate, tremendo. A todo ello se sumó un refrescante sorbete de manzana verde y el conjunto de postres fue regado con un dulce alicantino cristal·li que de poca descripción precisa ya que es archiconocido por su calidad. Mención aparte merece el detallazo que tuvieron conmigo en forma de improvisada tarta con mensaje de chocolate y coco que vino con banda sonora incluida…. ¡Mola, muchísimas gracias chic@s!.

Natillas, Mascarpone, Brownie, Sorbete y Tarta especial

El precio de este festín fue en total de 105€  (35€/pax), que tal y como diría Don Pep Blanes, inventor del concepto, me deja como sensación una RCP (Relación Calidad Precio) de las mejores que he encontrado.  En fin, una velada fantástica con una agradable sobremesa que nos llevó de las 21:15h hasta las 02:00h casi sin darnos ni cuenta, y es que cuando uno está a gusto y se siente como en casa, el tiempo se le escurre entre los dedos 😉

Javi, Gema y Oskar

Cata de cervezas + tapas en el Bar L’Era de Bolulla

Tapas

Siempre que pienso en ella, en Esther Ferrer, me viene a la mente inevitablemente y de forma cíclica las estrofas de aquel temazo de Amaral que decía algo como «…me decías cabecita loca, por seguir mis sueños, por romper las olas…». Las cosas no ocurren por azar y lo que le ocurre Esther no lo es ni mucho menos. Esta guerrera  líder de un ejercito de un solo miembro decidió un día que debía cambiar las cosas, que la tradición y la innovación podían ir de la mano y que en un bar  de los de ‘toda la vida’ en un pueblecito apartado del mundo también se  podía ser creativa, atrevida, impía y descarada… ¿Porqué no?. Y eso es básicamente lo que ha hecho Esther. Sin miedo y sin complejos ha empezado a transformar el histórico bar de sus padre en la localidad alicantina de Bolulla en algo que poco a poco va cogiendo una forma  la mar de atractiva: Nuevas tapas, propuestas diferentes, jornadas especiales, Wi-Fi, menús rompedores en precio y enfoque, carta de vinos asesorada por especialistas… es decir, ha empezado a dar pasitos, seguros pero firmes, convencida absolutamente de lo que hace (y hace muy bien) y en una dirección que le deja poca maniobra para una improvisada y remota ‘marcha atrás’ que ella (y el que escribe) estamos convencidos que no va a ser necesaria.

Fruto de esta apuesta, el pasado sábado 12 de julio pudimos disfrutar de un evento muy original llamado «Cata y Maridaje de Cervezas Artesanales con tapas gourmet» en el que sentados en la agradable plaza trasera del bar, vivimos una noche fantástica donde por un precio de 20€/pax pudimos degustar de 6 cervezas + 6 tapas correspondientes. Además, cada cerveza y tapa eran acompañadas de unas precisas y completas notas de cata de la mano de Javi Velasco, el sumiller de propietario del conocido Lúpulos y Taninos de Benidorm y también la propia Esther nos comentó en que consistía cada tapa. Las cervezas que probamos fueron: Estrella de Galicia, Serra Gelada (del sumiller antes citado y hecha en Benidorm), Artesanal de Níspero (cada día la encuentro mas buena), y otras de la misma firma valenciana que elabora esta (Tyris) como la Paquita Brown, Smoky Porter o la también llamada Tyris. Todas, en su contexto, me resultaron la mar de interesantes pero en la variedad está el gusto y como anécdota os contare que acudimos al evento con unos amigos irlandeses y que al probar la Smoky Porter, que como su nombre indica, es una cerveza negra estilo Ale Porter ahumada durante su elaboración y que recuerda mucho a la Guiness, Jim, nuestro amigo irlandés, se me quedó mirando y me dijo: «¿Sabes a que sabe esto Oskar? -No. Respondí. -Sabe igual que si una noche en que te has bebido un tonel de cerveza te dejas olvidada una pinta de Guinnes encima de la barra y se te ocurre ir al mediodía siguiente y probarla» Mi cara era un poema y no pude mas que soltar una enorme carcajada. Ya sabéis, nunca intentéis vacilarle a un irlandés con una cerveza negra… no no no ;).

Cervezas Cata

En la parte ‘comestible’ probamos cosas tan ricas como latita de aspencat con mojama, blinis de guacamole al punto picante, queso callosino con níspero, miniburger de atún con soja o empanada argentina L’Era style. Todas muy ricas y servidas con celeridad. Nada mas y nada menos que 80 asistentes a este evento, que si lo pensáis, es una auténtica barbaridad si pensamos en el tamaño del pueblo y su ubicación. Gente de Alicante, Campello, Benidorm, La Nucía, Callosa… es muy significativo y denota que las cosas se están haciendo muy bien. En fin, no puedo contaros mas que fue una velada la mar de agradable y que yo, que me gusta fijarme en los detalles y mientras estábamos en plena vorágine alcohólica, me percaté que una personita se acercó a una pizarra y escribió el mensaje que podéis ver en la foto. Poco mas puedo añadir, salvo devolverle las gracias a ella, a Esther, por ser como es, por pertenecer a una raza luchadora e inconformista que busca la felicidad y la mejora mediante su trabajo y constancia. Enhorabuena crack 😉 

Simplemente gracias

Coctelería de TABERNA EL PORTAL (Alicante)

Cócteles de El Portal Alicante

Agradable visita de sábado por la tarde al TABERNA EL PORTAL para combatir el imperante calor de Alicante con algún buen cóctel. Era mi primera visita a este afamado establecimiento y además, iba bien escoltado por mi mujer, mi peque y una de las mejores amigas que uno puede tener en #Alicante ;).

Lo primero que aprecié fue un ambiente de corte algo ‘exclusivo’ (perdón si la definición parece frívola o poco apropiada) y un local separado por una parte de mesas altas con taburetes, una gran barra al fondo, una zona media de coctelería y una zona de mesas y sillas al uso. Todo ello muy bien decorado y una sensación progresiva de confort. Lógicamente, íbamos con un carrito y al comentar la posibilidad de poder tomarnos el combinado en mesa tradicional en vez de alta, muy amablemente el camarero accedió a nuestra petición, dándonos un margen de entre 1h y 1h 30min para su utilización, que en cualquier caso, era tiempo más que de sobra.

Estando sentados, Sergio (el cóctelero, no el dueño-socio) vino a saludar a mi amiga de Alicante y fuimos presentados. Es un chico encantador, tremendamente profesional (como luego pude comprobar) y con muchísima dulzura nos aconsejó qué podíamos tomar en virtud de nuestros gustos o apetencias. Nuestra amiga se decantó por una «Burbuja de Primavera» consistente en una copa alta con cava, kumquat, vainilla y flor de sauco que le aportaba un notable aroma y sabor a miel. Mi mujer se decantó por un «Julepe de Pasión» con fruta de la pasión, hierbabuena, cítricos y soda a modo de refuerzo. Yo, y tras las muchas fotos que había visto en Instragram, tenía claro que quería probar el verdoso «Collins Mediterráneo», llevara lo que llevara, porque ya me había creado hace tiempo mentalmente la necesidad de degustarlo. ¿Y el peque? Pues en este caso, Sergio nos preguntó atentamente que le gustaba y al comentarle que la sandía, le preparó un delicioso zumo de la misma con alguna fruta adicional. Todo un detalle.

En cuanto al sabor y aspecto, comentar que todos los cócteles fueron auténticas obras de arte. El de mi hijo Leo extraordinario y eso que a mi no me gusta la sandía ni en chicle. La Burbuja de Primavera de nuestra amiga estaba muy equilibrado, compensando el cava con los toques frutales y conquistando el paladar y la nariz con el sabor y aroma de la miel provocado por la flor de sahuco. Mi Collins muy interesante con un sabor que no esperaba. Este cóctel lleva ginebra y hierbas muy mediterráneas como el tomillo y el romero, y sinceramente, la fusión de sabores me resultó muy agradable al mismo tiempo que me dejaba en boca un retrogusto a aceite de oliva. Si, aceite de oliva. Este aspecto lo comenté con Sergio y me sugirió que quizás los aceites esenciales de las hierbas utilizadas, pueden dar lugar a generar esa percepción gustativa en el paladar. A mi en cualquier caso me pareció muy original, refrescante y desde luego, mediterránea. He dejado para el final el Julepe de Pasión que pidió mi mujer, porque, sinceramente, me pareció que se salía de la gráfica: BRUTAL. Que cosa mas rica por favor. Es como tomar un mojito sin alcohol donde la fruta de la pasión rivaliza en un contundente mano a mano con la hierbabuena y en vez de solaparse, lo que hace es unificar sabores. Estos, sumados al frescor del hielo e incentivados por el matiz carbónico de la soda, hacían que cada sorbo fuera una fiesta frutal y herbácea en la boca, de esos tragos que estas deseando que no se acaben nunca. Brillante. Excepcional, y además, sin necesidad de alcohol añadido. Excelente.

El total de la cuenta fue de 26€ donde Sergio tuvo un detallazo y nos invitó al cóctel de Leo, gesto que aprovecho para agradecerle personalmente desde estas líneas. Esperamos volver alguna que otra vez aunque solo sea para saludar a este artesano del detalle y el gusto 😉